En un día plagado de rumores, marchas y contramarchas, al caer la noche todavía persistían las dudas sobre la realización este jueves de la sesión especial por la que la oposición viene bregando desde principios de año.

Primero iba a ser el 2 de marzo, después el 3 o el 4, y finalmente ese día quedó como el elegido. Pero este miércoles surgieron dudas y varios diputados de la oposición comenzaron a aventurar la posibilidad de una postergación. No usaban la palabra “quórum”, resistiéndose a decir que pudieran postergarla por temor a no reunir el número suficiente, afirmando en cambio que preferían tener más elementos para la próxima semana.

En las primeras horas de la tarde, mientras en el Senado la oposición celebraba haber puesto de rodillas al Frente para la Victoria, en la Cámara baja el bloque de centroizquierda que desde hace semanas viene anticipando que no participará de una sesión especial, celebraba una conferencia de prensa en la que presentaban a tres diputados del juecismo cordobés sumándose a esa postura. Lo cual, de más está decir, podría herir de muerte la sesión especial en cuestión.

Amén de ello, desde la oposición siguieron insistiendo en que tenían los números y la convicción de realizar la sesión, pero en rigor, al caer la noche surgieron más condicionamientos y posturas respecto a la necesidad de esperar a que se dieran las condiciones reglamentarias para reunir a la comisión bicameral de tratamiento del DNU que crea el Fondo de Desendeudamiento.

A última hora se sumó la postura del bloque Peronismo Federal, que reúne a una treintena de diputados, que habría resuelto retirar el pedido de sesión especial a la espera de un dictamen que se pronunciara el próximo martes.

Si bien se insiste desde la oposición en que este mismo miércoles habría dictamen de la Bicameral de Trámite Legislativo que se reunirá a las 9, habrá que aguardar hasta la tarde para verificar si se realiza o no la sesión especial.