El juicio por los crímenes cometidos durante la época del Proceso en la ESMA está lleno de detalles escabrosos e inquietantes. No es para menos. Y lo que este miércoles se contó en los Tribunales conmovió hasta las lágrimas a una de sus protagonistas involuntarias. Es que allí estaba presente la diputada nacional Victoria Donda Pérez, quien escuchó a una sobreviviente de ese martirio relatar nada menos que su nacimiento.

Entre la veintena de enjuiciados, figura el ex capitán Adolfo Miguel Donda, tío y apropiador de la hoy diputada, quien derramó lágrimas al escuchar a su “tía” contar detalles de su nacimiento en cautiverio.

Fue la testigo Lidia Vieyra quien contó esos detalles que involucran al hermano del ex capitán y a su cuñada, María Hilda Pérez, quienes militaban en Montoneros y hoy están desaparecidos.

Pariente de la mujer del ex almirante Emilio Eduardo Massera, Vieyra fue secuestrada y llevada a la ESMA, donde fue torturada. Contó haber compartido cautiverio con Norma Arrostito. Y también con Hilda Pérez de Donda, quien estaba embarazada y a la que -relató-, “aun a punto de parir la hacían orinar en un balde, con los grilletes puestos”.

Recordó que la mujer le pidió que la ayudara en el parto de su hija, y eso hizo en lo que se conoce irónicamente como “la maternidad de la ESMA”. Contó que la niña pesó tres kilos y medio, que su madre la llamó Victoria y que “era muy chillona”. Contó que le hicieron un pequeño orificio en la oreja, le pasaron un hilo azul y después vino el fallecido prefecto Héctor Febres y se la llevó”.

La testigo contó que la gran preocupación de la madre de la hoy diputada era cómo reconocer y recuperar a su beba, y que se juramentaron reunirse cada 31 de diciembre debajo de un puente para no abandonar la búsqueda.

Búsqueda que correspondió a las Abuelas, ya que la madre de Victoria fue víctima de los vuelos de la muerte.