Por Ezequiel Pablo Kogan
El Banco Ciudad fue creado en el año 1878 bajo el nombre de Monte Piedad con la intención combatir la usura ofreciendo tasas bajas al proletariado. Según consta en el libro de actas del día 10 de junio de 1878 su función sería “...servir a la clase proletaria, que es precisamente la que más necesita aprovechar de los beneficios de esta institución”.
En el año 1966 se sanciono la ley 16.869 que estableció que la radicación de los depósitos judiciales de los tribunales con asiento en la Ciudad de Buenos Aires debía ser en el Banco Municipal, actualmente el Banco Ciudad, exceptuando de ello a los depósitos provenientes del fuero civil. Esta ley, con un trasfondo netamente ideológico, generó lo que técnicamente se denomina “fondeo”, es decir la adquisición de fondos que servirían para ser prestados a corto y largo plazo. Siguiendo sus principios fundacionales el banco se convirtió rápidamente en una de las principales entidades dadoras de crédito social en el país llegando hasta la actualidad a ser uno de los bancos que poseen la línea de créditos hipotecarios con mejores condiciones de mercado.
Luego de una introducción histórica fundamental para entender la génesis del Banco Ciudad y su aporte social es que debemos analizar la real intención del proyecto kirchnerista respecto a la derogación de la Ley 16.869. Inicialmente el proyecto propuesto por la Diputada del Frente para la Victoria, Diana Conti, promovía la transferencia de la totalidad de los fondos provenientes del marco judicial y establecía al Banco Nación como futuro depositario, luego por presiones internas y externas el proyecto fue modificado determinando que la transferencia no sea retroactiva, es decir los futuros depósitos deberán ser realizados en el Banco Nación dejando los actuales en el Ciudad.
El nuevo proyecto generó un masivo movimiento sindical de los empleados del Banco y controversias hacia dentro del propio Frente para la Victoria. El silencio de varios diputados del bloque, principalmente de Roberto Feletti quien fuera presidente del Banco Ciudad entre los años 1998-2000, demuestra el conocimiento sobre lo que implicaría la quita de dichos depósitos. También vale analizar la postura del diputado Carlos Heller, uno de los principales impulsores del proyecto, el cual por su vasta experiencia en el manejo del Banco Credicoop, un competidor directo en cartera de préstamos del Banco Ciudad, no puede desconocer el efecto que provocaría la quita de duchos fondos.
La intención real del Fpv de vaciar el Banco Ciudad en la búsqueda de fondos líquidos en este momento de crisis económica se esconde tras la idea de un “reordenamiento” del sistema de depósitos judiciales evidenciando además un trasfondo político-ideológico que apunta a afectar la exitosa gestión realizada por las autoridades del PRO en el Banco
Ciudad.