Postergarían cambios en el gabinete
La ola de versiones sobre alejamientos diversos en el gabinete estuvo a la orden del día durante los once días de gira del presidente De la Rúa, y comenzarán a definirse a partir de hoy, con el regreso de este. Los trascendidos daban por cierta la ida de Alberto Flamarique, eje de las sospechas del escándalo del Senado, y sonaban para su puesto su número 2, Jorge Sappia, o el diputado frepasista Darío Alessandro.
Conjuntamente y también por la vía de la sospecha se iría Fernando de Santibañes, reflotándose para su puesto la figura de un radical cordobés de apellido Capdevila amigo de Jorge de la Rúa. Esos serían los dos cambios más obvios, aunque otras fuentes aseguraron en la Casa Rosada que nada de eso sucederá, al menos por ahora. Señalaron en tal sentido que De la Rúa no quiere dejar a nadie pegado con el tema del soborno y que si desplaza a algún funcionario será porque la Justicia da señales concretas de tenerlo en la mira.
Paralelamente se asegura que tarde o temprano habrá cambios, pero que no se limitarán a las dos figuras mencionadas, para que no caiga sobre ellos todo el peso de la sospecha.
En el marco de una cirugía mayor en el gabinete, se incluye al ministro de Educación, Juan José Llach, quien viene chocando con la mayoría de sus pares provinciales por el mentado tema del Pacto Federal Educativo. Para ese cargo suena Graciela Fernández Meijide, quien en realidad no tiene demasiadas ganas de agarrar ese “fierro caliente”.
Los retoques arrancarían en el área de Prensa y Cultura, de donde está cantado que De la Rúa no se desprendería de Darío Lopérfido, sino que lo concentraría en Cultura, dejando la comunicación en manos de Daminán Sánchez Rival. Para el cargo también suenan Gabriel Oliverio y Miguel de Godoy.
Y por supuesto, jamás deja de sonar el nombre de Rodolfo Terragno, un eterno “renunciado” en el elenco ministerial. Para el cargo de jefe de Gabinete se menciona al número 2 de Interior, el cordobés ÝFT02ÞCarlos BecerraÝFT01Þ, quien ya oficiara de secretario general de la Presidencia en tiempos de Alfonsín. Pero eso no quiere decir que Terragno se vaya a su casa, sino que muchos hablan de una posible rotación.
Terragno no se iría a su casa a esperar el inicio de la campaña electoral para las legislativas del 2001, sino que podría ir a Relaciones Exteriores. ¿Y Rodríguez Giavarini? El actual canciller, si bien no ha tenido problemas en su gestión, no rotaría, sino que quedaría archivado para integrar el Senado del 2001. Aunque más de uno piensa que en realidad sería dejado a mano para un eventual reemplazo de Machinea.
El relanzamiento del Gobierno del que ya deslizaron ciertas señales Federico Storani y Darío Alessandro es casi un hecho, aunque es casi seguro que no se concretará de buenas a primeras, en medio de la crisis de los sobornos. De hecho, analistas como Rosendo Fraga le han dado la razón al Presidente al señalar que “si hubiera hecho cambios ni bien estalló el escándalo, los reemplazos ya habrían sido fagocitados por el avance de los acontecimientos.
Por el contrario, la idea es hacer coincidir ese maquillaje con una andanada de anuncios sobre aspectos positivos de la economía, tales como el achicamiento del déficit fiscal de agosto, una mejora en los niveles de riesgo y una fuerte demanda de los bonos argentinos de largo plazo, señal de confianza de los inversores.
0 Comments