Según los legisladores esta decisión va en perjuicio de los usuarios del tramo que trasporta más pasajeros entre la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense. Contrariamente, fuentes de la Secretaría de Transporte dijeron que el nuevo contrato precisa mejor las obligaciones del concesionario.

Los directivos de TBA aseguraron que no disminuyeron las frecuencias de sus servicios entre Once y Moreno y que se cumplen de acuerdo al diagrama de servicios exigido por su contrato. "No redujimos servicios en ninguna de nuestras líneas, y de acuerdo al Inciso 6 de la adenda (renegociación del contrato) debemos satisfacer la demanda que se registra" señaló a Télam el vocero de la empresa, Jorge Molina, quien explicó que eso implica que "lejos de reducir las frecuencias, ante una mayor demanda habrá que responder con mayor cantidad de servicios, ese es el compromiso asumido por TBA".

Sin embargo, desde Diputados se realizó una presentación crítica que lleva la firma de los oficialistas Ricardo Vago, autor de la iniciativa; Graciela Ocaña; Rodolfo Rodil, nuevo vicepresidente primero del cuerpo legislativo (los tres del Frepaso-Buenos Aires); y Margarita Stolbizer (UCR-Buenos Aires), en tanto que desde el Senado adhirió el misionero peronista Julio Humada.

La empresa, según los legisladores, para los horarios de menor circulación, logró una disminución de sus servicios de hasta el 60 por ciento, en tanto que para los convoyes se la autorizó a bajar de nueve a seis vagones por formación.

De acuerdo con el contrato original, TBA debía cubrir el recorrido con 255 convoyes diarios de nueve vagones, lo que se incrementó en una negociación posterior a 275 trenes/día.