En una sesión durante la cual se produjo un insólito corte de luz que obligó a un prolongado cuarto intermedio, el cuestionado senador catamarqueño Luis Barrionuevo rechazó ayer ante sus pares las acusaciones de incitación a la violencia por los incidentes ocurridos con sus partidarios, que impidieron la realización de los comicios provinciales, y acusó al gobierno del Frente Cívico y Social de montar una campaña en su contra.
Al cabo de la sesión, y tal cual se preveía, el justicialismo impuso su mayoría para pasar el tema a comisión. En efecto, Asuntos Constitucionales analizará las pruebas contra Barrionuevo hasta el día 26 de marzo y en esa fecha, haya o no despacho de comisión, el plenario del cuerpo resolverá la cuestión.
Barrionuevo rechazó el impedimento constitucional que establece que debe contar con cuatro años de residencia en Catamarca para ser gobernador, acusó a parte de la justicia de ser "activista radical" y descartó haber incitado al robo de urnas, en un alegato ante el Senado de la Nación.
"Reconozco que dije que si no estaban las boletas del Frente Justicialista en el cuarto oscuro íbamos a votar en las unidades básicas. Pero no dije que secuestren las urnas", comenzó a defenderse Barrionuevo cuando le dieron la palabra, en el marco del debate por los pedidos de expulsión en su contra. Sugirió que las imágenes de urnas robadas y quemadas el día de la elección catamarqueña, el domingo último, no correspondían al material oficial y desafió al gobierno del Frente Cívico y Social que lidera Oscar Castillo a "que muestre" las cajas secuestradas.
Barrionuevo también rechazó haber enviado militantes bonaerenses para sumarse a los incidentes y piquetes que obstruyeron el acceso a los centros de votación catamarqueños y enfatizó que no necesita acreditar su permanencia en la provincia porque tiene "sesenta años de residencia".
"Tengo sesenta años de residencia, porque Catamarca es mi provincia. Nací, me crié y me eduqué en la pobreza de mi provincia", dijo el senador y se quejó porque Castillo lo elogiaba por llevar ayuda y ahora lo cuestiona.
Señaló, refiriéndose a Castillo: "Ayer era Maradona y ahora parece que ni juego a la pelota", y acusó al gobierno provincial de iniciar "una caza de brujas y mentir" para involucrarlo. Completó su descargo diciendo que no se queja, ®porque calavera no chilla", no obstante lo cual acusó a los jueces que rechazaron su postulación de ser "activistas radicales" que lo llevaron a buscar "la Justicia independiente" al recurrir a los magistrados federales y la Corte Suprema de la Nación para llevar su reclamo hasta "las últimas consecuencias".
La declaración de Barrionuevo promedió el debate sobre los pedidos de expulsión del cuerpo que promovieron varios legisladores de la oposición a raíz de los incidentes ocurridos el domingo último, cuando la elección catamarqueña debió suspenderse por los incidentes promovidos por seguidores del dirigente gastronómico.
Barrionuevo había intentado hasta último momento que la Justicia revirtiera el fallo del tribunal electoral que rechazó su candidatura por no contar con los cuatro años de residencia requeridos por la Constitución provincial y arengó a sus partidarios para que no se consume lo que denominó una "proscripción".
El Senado fue la caja de resonancia del escándalo catamarqueño y obligó a modificar el orden del día y saltear el tratamiento de la modificación del impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC) y el veto presidencial a un artículo del Presupuesto Nacional para ingresar al debate sobre Barrionuevo.
La senadora catamarqueña María Teresa Colombo (Frente Cívico y Social) obvió el compromiso con su par riojano Eduardo Menem de "tratar todo el temario", y solicitó una "cuestión de privilegio", que de acuerdo con el reglamento parlamentario debe ser tratada en forma prioritaria. "El sistema político contiene en sus filas a un senador que convocó a luchar en las calles, a sacar las urnas de las escuelas y llevarlas a las sedes partidarias", enfatizó Colombo.
Luego fue el radical mendocino Raúl Baglini quien pidió una cuestión de privilegio y señaló que los dichos de Barrionuevo, quien aseguró que estaba "proscripto", lesionaban "al cuerpo legislativo en su totalidad", pero no pudo terminar su discurso porque se cortó el suministro eléctrico en todo el Senado.
Un corte de luz había interrumpido por más de media hora la sesión en la Cámara de Senadores, cuando comenzaba a tomar cuerpo el debate por el pedido de expulsión de Barrionuevo. A las 19.40, el recinto del Senado quedó a oscuras, iluminado solo por los reflectores de las cámaras de televisión que cubrían la sesión, cuando el radical mendocino Raúl Baglini arengaba contra Barrionuevo a quien acusó de atacar a la Constitución y todo el cuerpo colegiado.
Barrionuevo no pudo oír esa frase porque había salido cinco minutos antes del recinto y regresó cuando la sesión había sido suspendida y empezaba a hacerse sentir el calor por la falta de aire acondicionado.
Casi ningún legislador abandonó la sala y se establecieron grupos de senadores discutiendo sobre las posibles causas del apagón y la eventualidad de que debiera suspenderse el debate, pedido por la oposición a viva voz. Diez minutos a oscuras fueron seguidos por media hora a media luz, ya que empleados del Senado acercaron media docena de "sol de noche" que fueron ubicados sobre la mesa de los taquígrafos que si bien dieron visibilidad, también multiplicaron el calor.
Minutos después y ya a plena luz, Gioja reinició la sesión: "tenemos aire y tenemos quórum", dijo. Sin que ningún senador deslizara teorías conspirativas, ni acusaciones encubiertas por el sorpresivo apagón, Gioja se adelantó y prometió que "vamos a llevar adelante una activa investigación para ver qué pasó con el corte de luz".