Tras el duro e infructuoso debate de diciembre pasado, la discusión sobre la educación sexual obligatoria en las escuelas porteñas regresará hoy al ámbito de la Legislatura, donde serán reimpulsados los dos proyectos que recientemente fueron al fracaso.
La legisladora kirchnerista Ana Suppa insistirá con su iniciativa en la Mesa de Entrada de la Legislatura, donde volverá con la propuesta que el año pasado no consiguió la mitad más uno de los votos por la oposición de los sectores católicos y macristas.
La contrapropuesta la encabezó el macrista Santiago de Estrada, quien tampoco obtuvo la mayoría y propone dejar en manos de los padres la forma de educar a los niños en las escuelas sobre temas sexuales.
Suppa insistirá con su proyecto, que perdió estado parlamentario a fines del año pasado, pese a que había llegado al recinto con despacho de mayoría de la comisión que lo trató. Suppa proponía que la secretaría de Educación disponga un programa de Educación Sexual para todas las escuelas y en todos los niveles, como forma de contener los embarazos adolescentes, luchar contra el sida y evitar los abusos sexuales.
En cambio, De Estrada anunció que también volverá a la carga con su iniciativa, aunque no sabe cuándo entregará su nuevo proyecto. "Nosotros planteamos que en este país la educación es pública, por lo tanto este proyecto debe alcanzar a las escuelas públicas y a las privadas", sostuvo Suppa.
La legisladora explicó la base de su proyecto debido a que "el Estado tiene que tomar en sus manos una problemática que no es individual, sino social". Indicó que el proyecto que presentará mañana no sólo establecerá la obligatoriedad del dictado de una materia sobre educación sexual, sino que además brindará capacitación docente y dará la posibilidad de dictar talleres para padres.
Suppa pone la iniciativa en manos del Estado y pide que la educación sexual se brinde, según cada caso, en todos los niveles, mientras que de Estrada quiere una formación "desde sexto grado para arriba", según lo acordado por los padres en la escuela.
De Estrada detalló que Suppa "propone una educación sexual de arriba para abajo, donde el Estado fija los programas, mientras que nosotros queremos que ese tema se resuelva en cada colegio, en consulta con los padres".
La decisión de los padres y los maestros, sin embargo, en el proyecto macrista, queda "bajo supervisión de la secretaría de Educación" pero en todos los casos, esos programas o temas se darán sólo a niños "de sexto grado para arriba".
El debate del último 14 de diciembre se realizó en otra de las arduas jornadas de la Legislatura porteña en el año 2004, al igual que con el Código de Convivencia, con vallado perimetral y una fuerte custodia policial.
Las organizaciones feministas apoyaron la iniciativa de Suppa, junto a partidos de izquierda y organismos de derechos humanos, mientras que la mayoría liberal y católica apoyó a De Estrada, incluso con un par de enfrentamientos a golpes.
Sin embargo, un tercer grupo minoritario se hizo sentir en la calle ya que sus miembros aparecieron con pancartas que rechazaban tanto la propuesta de Suppa como la de De Estrada y pedían que no dicten en las escuelas "ningún tipo de educación sexual".
