La diputada nacional Hilda "Chiche" González de Duhalde reivindicó su derecho a opinar, confesó que se siente "dolida" por las críticas que recibió desde el gobierno este fin de semana y consideró que esos cuestionamientos "debilitan la democracia" en un nuevo capítulo de la escalada verbal en la interna justicialista.
De todos modos, la esposa de Eduardo Duhalde aclaró que no tiene "nada que ver" con la alianza que sellaron Ricardo López Murphy y Mauricio Macri, cuya creación le generó un cruce fuerte con dos ministros del Poder Ejecutivo.
"Lo que representa la alianza de derecha Macri-López Murphy no tiene nada que ver conmigo ni con el pensamiento del Justicialismo. Pero reconozco el derecho legítimo de ese sector político argentino a organizarse", señaló la diputada mediante una declaración de prensa que lleva el título "La libertad de los argentinos".
Al respecto, sostuvo que "cuando esa derecha no ha encontrado un cauce democrático de expresión ha utilizado otros canales que resultaron siniestros para nosotros. También considero que esa derecha que expresó el pensamiento neoliberal en nuestro país destrozó la industria, dejó a millones de trabajadores en la calle y endeudó impunemente al país".
Más adelante señaló que "la democracia permite que todos los ciudadanos, en forma respetuosa y no agraviante, podamos opinar sobre los actos públicos de otros ciudadanos, dirigentes o gobernantes. A eso se le llama convivencia democrática, tolerancia ante el disenso. Es la política de los nuevos tiempos".
La legisladora salió a responderle a los ministros del Interior, Aníbal Fernández, y de Defensa, José Pampuro, quienes la cuestionaron por haber objetado las expresiones del presidente Néstor Kirchner hacia la flamante alianza de centroderecha. Fernández fue el más duro de los colaboradores del presidente al señalar que la esposa de Eduardo Duhalde "no tiene estatura política" para criticar a Kirchner. Para la legisladora, "la descalificación, la reacción desmedida y la burla a las opiniones ajenas debilitan la democracia".
"Quienes creen que hay que ser varón y grosero para hacer política, les digo que hace rato cualquier mujer argentina tiene sobrados derechos para opinar sobre lo que se le ocurra. Por eso, no me siento ofendida, me siento dolida", enfatizó.
Sostuvo además que "la democracia permite que todos los ciudadanos, en forma respetuosa y no agraviante, podamos opinar sobre los actos públicos de otros ciudadanos, dirigentes o gobernantes. Y nadie tiene el derecho a evaluarlos ni a hacerlos callar".
"Si así no fuera, estaríamos ante una democracia condicionada, en la que algunos dicen lo que los demás deben pensar y el resto asiente", añadió.