La Sala Juzgadora de la Legislatura porteña tomó declaración a testigos que reconocieron irregularidades en la habilitación de boliches y programó para el 13 de febrero una inspección ocular al local de República Cromañón, epicentro de la tragedia que costó la vida a 194 personas.
Uno de los testigos que desfilaron durante la sexta jornada del juicio político a Aníbal Ibarra fue Marcelo Achile, actual vicepresidente del club Defensores de Belgrano, quien durante su relató admitió que el boliche Millenium, que funcionaba dentro del predio de la institución, no fue habilitado como local bailable. También se presentó ante la Sala Juzgadora la abogada Salvina Spota, representante de vecinos del barrio de Almagro, quien sostuvo que en el local "Amérika" existían "irregularidades, como por ejemplo que no había material ignífugo en sus instalaciones".
El presidente de la Sala Juzgadora, Julio Maier, abrió la sesión anunciando que envió una nota al juez de la causa Cromañón, Néstor Casabel, para solicitarle realizar una inspección ocular donde funcionaba Cromañón.
Según Maier, Casabel le pidió un tiempo para resolver ese pedido debido a que "recién se hizo cargo de la causa" y dijo que primero quería leer bien el expediente para luego otorgarles a los diputados el permiso para la inspección, que pretenden realizar el 13 de febrero.
Achile reconoció que, luego de la tragedia de Cromañón, Millenium fue cerrado debido a que por un decreto del Ejecutivo porteño se empezaron a exigir "una serie de cuestiones que no se podían cumplir" y el permiso para funcionar "fue denegado".
El segundo testimonio fue el de la abogada Salvina Spota, patrocinante y apoderada de vecinos del barrio de Almagro donde funciona el boliche Amérika, del barrio porteño de Almagro.
Spota dijo que en ese local existían "irregularidades como por ejemplo que no había material ignífugo en sus instalaciones, las puertas de emergencia abrían para adentro y además estaba habilitado como local clase C, cuando le hubiese correspondido otra calificación".
Asimismo, Spota señaló el trato "amistoso" que ella pudo observar entre los dueños del local y los inspectores y, por otra parte, afirmó que "muchas de las inspecciones se realizaban de día cuando el local estaba cerrado".
También leyó una carta que los vecinos de Almagro enviaron a Ibarra a su domicilio particular donde mencionaban las irregularidades de Amérika, que -indicó- "nunca fue respondida".
El alegato de Spota fue atentamente seguido por integrantes de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), que denunciaron que en realidad las quejas contra ese boliche están fundadas en una actitud "discriminatoria".
Según la CHA, se "discrimina al local Amérika porque su público está principalmente conformado por personas homosexuales y transexuales" y eso fue claramente expresado por una vecina en una nota enviada al Centro de Gestión y Participación 6.
La CHA recordó que la discoteca "recibió durante 2004 más de 99 inspecciones sobre 160 días trabajados".