El senador nacional y candidato a gobernador Juan Carlos Marino advirtió que Argentina está perdiendo la oportunidad excepcional de convertirse en proveedor mundial de carne de calidad, a partir de las medidas cortoplacistas implementadas por este gobierno, que ni si quiera han logrado contener el precio de la carne al consumidor final.

En tal sentido, Marino señaló que “en el primer trimestre del corriente año las exportaciones de carne y menudencias bovinas cayeron un 25.4% contra igual periodo del año pasado, resintiéndose fundamentalmente los mercados de la Federación Rusa, Argelia, Israel, Europa, y Marruecos; donde se despacharon 36.987 toneladas menos que un año atrás”.

Simultáneamente, indicó Marino, es interesante analizar como a la par de la retirada Argentina del mercado mundial de la carne, nuestro vecino país de Brasil, fue experimentando un sostenido crecimiento de sus despachos de carne al extranjero. En el mismo período Brasil exportó algo más de 125.000 toneladas, un 33.6% más que en el primer trimestre del 2006.

“Queda más que claro, que el Gobierno nacional ha errado en su diagnóstico, como así también en la implementación de sus medidas, ya que al creer que los ganaderos son formadores de precio, dejando de lado los últimos eslabones en la cadena de distribución y comercialización –destacó el legislador pampeano-. No ha hecho otra cosa que cubrir con un manto de imprevisibilidad un negocio, que mal o bien, con retenciones del 15% hasta marzo de 2006, ofrecía una rentabilidad razonable en comparación con otras actividades económicas”.

Marino destacó que, ahora el Gobierno parece reconocer su error, a partir de estar analizando el levantamiento de la intervención virtual del Mercado de Liniers, cuestión que sin dudas no ha hecho otra cosa que desplazar a este último como fijador de precio testigo, ya que los valores que allí se manejan no alcanzan si quiera a cubrir los costos de producción.

El senador Marino expresó la necesidad de ir analizando otro tipo de alternativas que posibiliten mantener la carne a un precio razonable tanto para los productores como para el consumidor final, algo que puede ser perfectamente posible si se revisa el componente tributario de este vital insumo para la mesa de los argentinos.

“Si pudiéramos entender como lo ha hecho Venezuela, que la inflación en estos tiempos surge como producto de una oferta restringida para una demanda que crece constantemente, y que el incremento de la oferta depende de un ciclo productivo muy largo, y fundamentalmente de la previsibilidad de las reglas del juego; seguro que al igual que la Republica Bolivariana, estaríamos discutiendo una rebaja en la alícuota del IVA, tal cual como se ha hecho allí”.

Por último, Marino se refirió a la necesidad de que el Gobierno entienda los verdaderos problemas de la actividad, y que en el contexto de este nuevo canal de diálogo que se ha establecido con las entidades representativas del sector, sean levantadas las medidas que hoy tanto perjudican no solo al campo argentino, sino que por añadidura a todas las economías regionales que dependen de este sector.