El senador jujeño Gerardo Morales admitió que las cosas no han salido muy bien con el acuerdo con el telermismo, en lo que muchos interpretan como una crítica implícita contra Jesús Rodríguez, titular partidario en ese distrito.

De todos modos, aclaró Morales que no sabe si había otro camino que el escogido, aunque insistió en que “no han salido muy bien las cosas”.

Sucede que tras cerrar el acuerdo con las huestes del actual jefe de Gobierno, puede observarse que apenas la UCR pudo ubicar un miembro de ese partido en el séptimo lugar de la lista para legisladores porteños. Se trata de la dirigente Marcela Larrosa, mientras que un segundo dirigente -Pedro Querido- está recién en el puesto 11°, lejos de las posibilidades de llegar a una banca.

La crítica implícita del presidente del partido no es tan dura si se tiene en cuenta que él mismo la relativizó al destacar que los plazos se cerraban y tal vez no había otro camino.

Previo a la Convención, la UCR porteña ya se encontraba diezmada por las divisiones internas entre radicales “T”, radicales “K”, radicales “M” (macristas) y, por supuesto, los radicales “puros”.

Debe recordarse que los radicales machistas consiguieron que el Superior Tribunal de Justicia de la ciudad se declarara competente para pronunciarse sobre el mecanismo elegido para la definición de los candidatos, mientras que los “puros” de Pensamiento y Acción recurrieron al mismo tiempo a la justicia porteña y a la federal.