Tras fracasos electorales, preanunciaron los radicales riojanos que están en un "proceso de quiebre y depuración interna".
La Unión Cívica Radical riojana parece ingresar en un proceso de "quiebre y depuración interna", tras las dos contundentes derrotas electorales sufridas en las elecciones provinciales y municipales de este año, según pronosticó el secretario general del partido, José Luis Bellia.
En las elecciones de agosto, cuando se definió la gobernación, el actual diputado nacional y titular de la UCR riojana, Julio Martínez -quien fue candidato a gobernador- obtuvo menos del 5 por ciento de los votos.
En tanto, el 28 de octubre, como candidato a su reelección, logró menos del 15 por ciento y perdió la banca.
Además, el radicalismo no logró ninguna diputación provincial ni concejalías y tampoco consagró ningún candidato a intendente y -como Frente Cívico y Social- solamente logró tres bancas en la próxima convención constituyente que, compuesta por 23 miembros, reformará la Carta magna provincial.
En ese contexto, Bellia puntualizó que los votos obtenidos "son el resultado de una competencia desigual", ya que "se pelea con un partido de gobierno fuerte, que no se democratiza y resuelve sus internas en las elecciones generales para constituirse en oficialismo y seudo oposición".
No obstante, Bellia admitió "las debilidades del radicalismo y la necesidad de superar las mismas" y sostuvo que "el radicalismo nacional y provincial debe darse un debate maduro sin flagelaciones ni exclusiones".
Por último, expresó que "hay que volver a las fuentes y tal vez se produzca el quiebre, pero estoy convencido que la UCR continuará con hombres y mujeres de fuertes convicciones y pertenencia".