El Gobierno removió de su cargo al titular del BCRA argumentando "mala conducta" e "incumplimiento de los deberes de funcionario público".
La Presidenta de la Nación decidió terminar drásticamente la controversia desatada con el titular del BCRA que se rehusaba a renunciar, removiéndolo por decreto.
El DNU tiene cinco artículos y señala como razón de la determinación "mala conducta" e "incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Cristina Kirchner y los ministros del gabinete firmaron un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que releva de su cargo a Redrado, luego de que la mandataria le pidiera la renuncia y éste se negara a alejarse de su función.
El decreto destacó además la actitud remisa de Redrado para ejecutar la orden dispuesta en otro decreto de necesidad de urgencia que estableció el mes pasado la creación de un fondo especial con reservas del Banco Central de la República Argentina para hacer frente a los vencimientos de la deuda.
Por la noche, el eyectado Redrado deslizó que no resistirá la decisión presidencial, por lo que dejará el cargo sin renunciar a él. Esto es, no concurrirá al BCRA, pero seguirá la pelea por la vía judicial, presentando un recurso de amparo, tal cual le recomendaron.
El gobierno decidió que Miguel Pesce, vicepresidente del BCRA, quien se opone a la actitud tomada por Redrado, será el nuevo responsable de la entidad bancaria de forma temporal, informó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
En efecto, la primera voz oficial escuchada tras la difusión del decreto fue la del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien aclaró que la consulta al Parlamento que sugiere el artículo 9 de la Carta Orgánica del BCRA "es un simple consejo. Si el legislador hubiera querido que fuera determinante, no hubiera dicho la palabra aconsejar".
El eje de la disputa entre el Ejecutivo y Redrado es un decreto presidencial de diciembre que estableció la creación del llamado Fondo del Bicentenario para el Desendeudamiento y la Estabilidad de 6.569 millones de dólares y compuesto por reservas del Banco Central para hacer frente a los vencimientos de deuda, que en 2010 sumarán 13.000 millones de dólares.