La UCR recordó a Kirchner citando los encuentros entre Perón y Balbín
“Nadie puede negar lo conseguido por Néstor Kirchner”, aseguró el presidente del bloque de diputados de la UCR, Oscar Aguad.

Al igual que en la sesión especial por el Bicentenario de la Revolución de Mayo, el jefe de bloque de la Unión Cívica Radical, Oscar Aguad, leyó su discurso “para no tener errores”, según él mismo explicó.
A continuación, Parlamentario.com publica el discurso completo de Aguad en la sesión homenaje al ex diputado Néstor Kirchner.
“En primer lugar quiero expresar que los radicales participamos de esta sesión de homenaje con el espíritu dispuesto a honrar los valores humanistas y solidarios que iluminan lo mejor de nuestra sociedad.
Lo hacemos con el decoro y respeto que imponen las circunstancias irreparables.
En la esfera personal, expresamos nuestro sentimiento a los miembros de la familia Kirchner, especialmente a su esposa la Sra. Presidenta de la República e hijos, a quienes tuvimos la vocación de expresárselo en el marco institucional adecuado.
No nos resulta indiferente el emotivo mensaje y la templanza de quien tiene a su cargo el Gobierno del país y siente la pérdida de su compañero. Nuestra actitud excede la cortesía y se inscribe en las mejores páginas.
Recuerdo los encuentros de Ricardo Balbín y el Gral. Perón saldando el pasado; las coincidencias en la Multipartidaria para recuperar la democracia; las demostraciones durante aquella Semana Santa y las recíprocas consideraciones entre el actual Gobierno y el ex Presidente Raúl Alfonsín.
Hoy nos obliga a reflexionar, el deber de la despedida de un ciudadano que por haber sido electo en democracia y ocupado funciones en su ciudad natal, su provincia y la Nación, acredita los más relevantes atributos de la representación popular.
A ello se agrega su militancia partidaria y las recientes funciones frente a la UNASUR.
Vino desde el lejano sur, con su impronta y su estilo, despertó gratitud y reparos. En este Congreso están los testimonios de cada cual ante las iniciativas planteadas.
Discrepar y tener una mirada crítica ennoblece a los adversarios francos y enriquece al conjunto, corrigiendo desvíos y fortaleciendo lo virtuoso.
Nadie puede desconocer lo logrado desde que Néstor Kirchner asumió la Presidencia de la Nación y el crecimiento alcanzado desde los umbrales de la disolución que nos amenazaba entonces.
La reconstrucción de la autoridad ejecutiva, la renovación de la Suprema Corte, la prosecución del juzgamiento de los responsables de crímenes aberrantes, la negociación de la deuda externa, el discurso productivista como respuesta a la devastación neoliberal y el mejoramiento de los niveles de pobreza son evidentes. La realidad social presente y los motivos pendientes también.
La trayectoria del ex Presidente Néstor Kirchner será materia del análisis político presente y la historia, con su juicio lo calificará por sus ideas, acciones y legado, en la perspectiva serena del paso del tiempo.
En paralelo, nuestras responsabilidades, comprometidas con el hacer cotidiano nos demandan construir el futuro, con las herramientas que disponemos, plasmando anhelos propios y mancomunando voluntades.
La congoja y el dolor de quienes compartieron ideales y luchas con Néstor Kirchner, presentes en este recinto, es una enseñanza y un desafío para aprovechar las oportunidades y transformar el crecimiento en desarrollo.
En ese respeto se deben ponderar las acciones de quienes representamos a otras corrientes ideológicas y canalizamos opiniones, que no por ser diferentes deben callarse ni ser desconsideradas en la mayúscula tarea de gobernar para todos.
El poder, en el sistema democrático no surge sino del pueblo y los sectores sociales donde edifican su porvenir. Toda división lastima las posibilidades de igualar oportunidades y erradicar los factores que nos anclan en el subdesarrollo que afrenta a la dignidad humana.
La Unidad Nacional y los consensos para trazar metas y desde cada lugar bregar por su concreción, no significa claudicar ni arriar banderas, sino reconocer al otro y sumar energías para el proyecto común donde todos los matices se manifiesten libremente.
No es hora de sobreactuaciones ni especulaciones de ningún tipo. Los mensajes inaugurales de las administraciones Kirchner y Fernández de Kirchner tuvieron el signo que debiéramos recuperar.
No somos un palo en la rueda ni merecedores de descalificaciones cuando ejercemos el mandato popular. Somos expresión de una voluntad soberana, ejercemos su representación y trabajamos con la misma honorabilidad y convicción, porque quienes no apoyan al oficialismo también son merecedores de respeto y comprensión. La coherencia debe reconocerse mutuamente.
Nosotros no hicimos una agenda legislativa contra nadie ni enfrentamos proyectos por oponernos al ex Presidente Kirchner. Creímos entonces y sostenemos ahora que son un aporte para la transformación y la transparencia invocada. Como no cultivamos el oposicionismo cerril, mantendremos nuestra posición cooperativa con todo aquello que sea provechoso y esperamos hallar un ámbito de acuerdos y disensos, para aprovechar el escenario que nos ofrece la coyuntura internacional.
Lo dicho y debatido, lo votado y lo que debemos tratar en lo que resta del año, no estuvo ni estará signado por el ánimo de obstaculizar la marcha del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
No seríamos leales adversarios ni cumpliríamos con nuestras obligaciones si no defendiésemos lo que propusimos hasta el luctuoso miércoles 27.
Honrar un pensamiento y elogiar una gestión no implica eludir el debate y no modificar aquello que resulta necesario.
Nada será linealmente igual ni se pide cambiar todo. La vida de los pueblos transita y se sobrepone a los imponderables, cuando pasión e inteligencia abren las compuertas a la concordia y al progreso colectivo.
Garantizando la libre circulación de la información, debemos escuchar a todas las voces, de todas las edades y desde todos los sectores productivos, culturales y espirituales; las que se expresan en las plazas y las que se manifiestan en las urnas.
Todos debemos esforzarnos en administrar los conflictos con moderación.
Los radicales, como los peronistas y otras expresiones políticas, conocemos lo que significa velar a un líder, las tribulaciones y tentaciones que sobrevuelan y la necesidad para reemprender la marcha con esa ausencia; cuando más poderosa más compleja de reemplazar.
Es también una oportunidad de hacerlo con la mayor grandeza, aprovechando que en estas circunstancias podemos sacar lo mejor de nuestro ser, ante la sensibilidad que aflora sin reservas. En esa muestra de madurez, requerida y ansiada, el bloque que presido adhiere a este homenaje al diputado nacional y ex presidente Néstor Kirchner”.