– Se terminó su primer año como legislador. ¿Qué balance hace usted que forma parte de un monobloque?

– No es positivo pero tampoco es negativo, sino que me llevo una amarga experiencia porque creí fehacientemente en la unión de los bloques opositores para ponerle un límite al oficialismo.

– ¿Cree qué el Grupo A se partió?

– Hace un año -3 de diciembre 2009- los diputados opositores le pusimos límites al autoritarismo kirchnerista. Ahora, casi todos se pusieron de acuerdo para votar juntos, como si no hubiera diferencias y avalando las mismas autoridades del oficialismo, después de haberlas criticado por parcialidad, por falta de ecuanimidad y por un manejo partidista de las sesiones.

– Usted votó en contra de la reelección de la presidencia de Eduardo Fellner…

– Pero como no voy a votar en contra si lo critique todo el año. Creo que hizo las cosas mal intencionalmente favoreciendo al Gobierno con cada una de sus decisiones.

– Usted es del Partido Demó-crata Progresista de Santa Fe. ¿Se siente sólo en el recinto?

– En la trinchera de la oposición me quedé solo contra los kirchneristas y los que se dicen opositores, no tuvieron empacho en ponerse de acuerdo proclamando autoridades de la Cámara de Diputados sin votación. Contrario a lo que exige el reglamento.

– ¿Cree qué es irregular la elección de autoridades por aclamación?

– Nunca se vio elegir a las autoridades de la Cámara por aclamación, sin registrar los votos positivos, los negativos y las abstenciones. Ese es un proceder antidemocrático. Por eso se enojan cuando digo que es una vergüenza, ya que no existen antecedentes que se haga una elección sin votación.

– ¿Cómo ve la situación política a días que termine el año?

– Observo que si el Gobierno nacional no da el ejemplo, imponiendo una cuota de sensatez y de cordura con un fuerte apego a las normas constitucionales, vamos a terminar en un clima de violencia del que nos vamos a arrepentir. Desde el PDP advertimos con profunda preocupación el clima de intolerancia y de enfrentamientos que se vive en el país.

– ¿Cómo califica al kirchnerismo?

– Autoritario que no tiene límites. Porque son ellos quienes deberían ser ejemplo de virtudes y de comportamientos éticos y sin embargo son portadores de los mayores excesos, de la prepotencia que creíamos haber desterrado y de descalificaciones permanentes a ciudadanos y a instituciones.