La Constitución nacional estipula un Parlamento bicameral, por lo que una iniciativa debe ser aprobada por las dos cámaras. Por lo tanto, un proyecto se convierte en ley cuando recibe la aprobación de la cámara legislativa de origen y la sanción de la revisora, según donde se haya iniciado el trámite parlamentario.

Entonces, en esta oportunidad, el Índice de Calidad Legislativo realizado por Semanario Parlamentario demostró que casi medio centenar de proyectos de ley cuentan con media sanción de la Cámara baja y esperan ser debatidos por el Senado para ser sancionados definitivamente.

La estadística indica que de las 49 medias sanciones, 30 fueron aprobados por los diputados nacionales en el transcurso de 2010 y las 19 restantes, fueron aprobados en 2009, por lo que han pasado un año cajoneados en el Senado, pero todavía continúan teniendo estado parlamentario.

Entre las iniciativas que sólo tienen media sanción, tres fueron impulsadas por el Poder Ejecutivo, lo que representa solamente el 6,25 por ciento del casi medio centenar de medias sanciones que esperan en el Senado. Pero este bajo índice no supone una gran cantidad de proyectos del Gobierno aprobados durante el año pasado sino que es producto a la merma de envío de iniciativas del Ejecutivo al Congreso.

Un dato realmente importante para constatar las apreciaciones de los principales referentes de los bloques opositores que conforman el Grupo A (UCR+Peronismo Federal+PRO+CC+PS+Proyecto Sur+Frente Córdoba+GEN) sobre el buen rendimiento de la Cámara de Diputados es la pertenencia de aquellas iniciativas que obtuvieron el visto bueno de la Cámara baja y fueron “frenados” por el Senado, ya que allí –para la oposición- existe una virtual paridad que hace que el oficialismo imponga su agenda o no permita el tratamiento de los proyectos de ley aprobados en Diputados. Sin embargo, los números demuestran que los diputados opositores no han sido los suficientemente hábiles para conseguir que se aprueben todas sus propuestas de ley, ya sean de gran envergadura o simplemente sea una donación inmobiliaria para sus provincias.

Estadísticamente, el 51 por ciento de las medias sanciones pertenecen a diputados kirchneristas mientras que el 39 por ciento corresponde a la oposición y sólo cinco de las iniciativas impulsadas por aliados al Gobierno fueron aprobadas en Diputados y duermen en el Senado. Por lo tanto, a pesar de que la oposición tiene la mayoría de los legisladores de la Cámara baja -143 de 257-, no supo capitalizar este control y aprobar una gran cantidad de proyectos de ley que obligue al Senado a tratarlos en el recinto.

El dato que evidencia aún más el fracaso de la oposición y que incrementa la teoría de que la Cámara alta fue una “barricada” imposible de superar para el Grupo A, son las dos medias sanciones –DNU y Consejo de la Magistratura- que fueron rechazadas, al igual que ocurrió con la resolución 125. Pero, en este caso, el triunfador político se invirtió y los sectores enfrentados al Gobierno cosecharon una derrota que era impensada al comienzo de 2010, cuando todos los análisis señalaban que la oposición lograría aprobar un vendaval de iniciativas contrarias a la Casa Rosada.

Entre los temas que se encuentran en manos de los senadores, se destacan dos proyectos de ley de la oposición que obtuvieron la aprobación en la Cámara alta pero fueron reformados en Diputados y volvieron al Senado a la espera de la sanción definitiva.

A pesar de los importantes temas a debatir que han quedado a mitad de camino, el Congreso nacional permanecerá cerrado hasta el 1º de marzo de 2011 porque la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no convocó a sesiones extraordinarias y los proyectos de ley con media sanción se encuentran en la dulce espera de una “cocina” parlamentaria signada por un año electoral que prevé ser muy intenso.