El fenómeno de los swingers consiste en parejas estables que consideran interesante el compartir con otros la mujer o el hombre con el objetivo de pasar una noche placentera.

Ese curioso fenómeno y gusto se ha manifestado en estos días en el escenario político de Proyecto Sur: no se trata aquí de compartir parejas en actividades sexuales, sino de compartir candidatos en actividades electorales para disfrutar de una noche de escrutinio placentero.

Con esa idea y bajo ese principio, algunos compañeros desnorteados creen que es posible poner el carro delante de los caballos y marchar en promiscuidad política con la caricatura degradada del radicalismo que hoy se denomina “UCR”. Y por eso, se le ha presentado a Margarita Stolbizer la descabellada idea de ser promiscuamente radical y de Proyecto Sur con la finalidad de acumular votos para Alfonsín y Pino con el objetivo de sumarlos a todos en una única candidatura a gobernador, como si ambos candidatos presidenciales fueran más o menos lo mismo.

Claro está que si la acción política se realiza bajo la consigna de “sacar votos de cualquier manera, para meter muchos cargos en cada distrito” la propuesta suena interesante. Si estuviéramos en Transilvania esos mismos compañeros, desorientados seguramente, propondrían una lista espejo con el Conde Drácula porque -como todos sabemos- el viejo vampiro continúa teniendo muchos adeptos en su región.

Pero esa idea “prelibata”, si bien aparece como rentable a la hora de abrir las urnas y contar los porotos, es más digna de la conocida picardía de Fígaro que armónica con la propuesta fundacional del Movimiento Proyecto Sur. Nuestro Movimiento nació para generar una alternativa al bipartidismo no sólo a nivel nacional, sino también en todos los distritos.

Mal podríamos tener credibilidad con nuestra propuesta nacional si la construcción en cada distrito no es coherente con ella y compartiéramos candidatos con las expresiones del bipartidismo en uno o más de ellos.

Ni Margarita se merece insinuaciones de ese tipo, ni el Movimiento Proyecto Sur podría aceptarlas sin desnaturalizarse.

Esa idea y su apresurada difusión urbi et orbi mediante operativos de prensa para instalarla, es globo de ensayo frustrado de antemano. Esa desafortunada idea ha sido una verdadera macana y, como todos sabemos, la macana luce mal en la construcción política.

Raffo es legislador de Proyecto Sur y vicepresidente II de la Legislatura porteña