Luego de jurar, e invocar “que Dios, la Patria y él me lo demanden”, y de que su hija le colocara la banda presidencial, ya sin Julio Cobos presente y bajo la presidencia de la Asamblea por parte de Amado Boudou, la presidenta de la Nación comenzó su discurso poco después de las 12.10, con un llamativo “hay Dios”…

Y precisamente su discurso arrancó con una referencia a Néstor Kirchner, señalando que “hoy falta alguien”, y a continuación realizó una referencia a la ausencia actual de su esposo y evocó su asunción, hace 8 años y cinco meses.

En su discurso evocó a los desaparecidos, al mencionar a la estudiante de astronomía Ana Teresa de Diego, cuyo nombre acaba de ser impuesto a un asteroide. Lo comparó con Dilma Russeff, quien también estuvo desaparecida, y resaltó que aquella joven platense a la que hacía referencia hoy podría estar sentada donde ella está hoy.

Así resaltó el juzgamiento de los militares, “el fin de la impunidad”, adjudicando esos hechos a la voluntad de su esposo, “al acompañamiento de este Congreso y a la labor de la Justicia”.

Luego comenzó a hablar de la gestión desarrollada desde 2003, destacando el crecimiento argentino, dando datos de la industrialización, y de las convenciones colectivas de trabajo.

“Además tenemos el índice de cobertura previsional para nuestros viejos más alto: el 96% de los argentinos en condiciones de jubilarse hoy tienen cobertura”, señaló.

Cristina aclaró que “todavía nos falta, porque mientras haya un solo pobre en la Argentina no estará cumplimentado el proyecto nacional y popular; por eso también hemos creado la Asignación Universal por Hijo, que representa el programa social más importante a nivel global”.

Luego citó un artículo escrito por el diputado Eric Calcagno en un diario este sábado, en referencia a “las tres aperturas que hemos hecho: la distribución del ingreso, la distribución de la palabra (en referencia a la Ley de Servicios de Medios Audiovisuales), y la distribución del conocimiento, que como le gusta decir a nuestro ex ministro de Economía y actual vicepresidente, significó que pasáramos a que hoy estemos invirtiendo 6,47 a la educación y sólo el 2% al pago de la deuda externa”.

“Hay una distinción que no hiciste”, le dijo a Calcagno, pretendiendo completar su artículo. “La distribución de la palabra fue una distribución construida colectivamente con coraje, valentía, acompañamiento de grandes sectores de la sociedad, y también el acompañamiento de fuerzas de este Parlamento que no son oficialistas. Coraje, porque se debió enfrentar tal vez al más formidable aparato mediático, y tomar una decisión frente a esas amenazas, bien vale que esta presidenta reconozca a propios y ajenos el esfuerzo de esos legisladores que no se sometieron a presiones y votaron con convicción”.

Respecto de las otras dos aperturas, dijo que para eso hizo falta “gestión, administración y una decisión clara de privilegiar los intereses de nuestro pueblo por sobre cualquier otro interés”. Y en esto, dijo, “uno de los puntales fundamentales ha sido el desendeudamiento de la Argentina”.

Dijo que así hoy lo sabe el mundo, y recordó lo que fue el drama del default, “que nos arrojó fuera del mundo, como mal hijos, como los peores alumnos del grado”.

Dijo que hoy lo está viviendo el mundo y recordó nuevamente a su esposo, viéndolo “parado ante la asamblea de las Naciones Unidas”, cuando señaló que “los muertos no pagan las deudas”, diciendo que “necesitábamos que nos dejaran crecer”.

“Por eso, cuando reestructuramos la primera vez la deuda en 2005, dijo que el esfuerzo tenía que ser compartido”, recordando las tasas “usurarias” que nos cobraban entonces.

“Luego vino la otra gran decisión soberana de pagar la deuda con el FMI, de modo tal que ya nadie pudiera ser jefe de la economía argentina; que el jefe de la economía argentina se sienta acá y por decisión del pueblo. Y llego ya durante nuestra gestión, bajo la égida del ex ministro de Economía y el actual”.

Resaltó luego el superávit comercial, señalando que para esta altura del año llevamos más de 10 mil millones de dólares de superávit comercial. Destacó al respecto el mercado interno y el consumo, porque “en cualquier lugar, en cualquier pueblo, volcarse a nuestra sociedad este fin de semana volcarse a las playas, para saber que el mercado interno fue lo que nos permitió superar la crisis”.

Otro de los puntales del modelo es, dijo, la acumulación de reservas, que “al día de hoy ascienden a 46.368 millones de dólares, después de haber pagado a tenedores de títulos privados la suma de 26.316 millones de dólares.

“Y también soportar cinco corridas cambiarias” que adjudicó a las corporaciones. “Que se den por notificados, yo no soy la presidenta de las corporaciones”.

Se definió como “fanática de los números”, y dijo que “en las cinco corridas bancarias que mi gobierno, el Central vendió casi 16.000 millones de dólares; nos querían obligar a devaluar. Si yo sumara lo que hemos pagado de deuda, más estos 16.000 millones, hoy el BCRA tendría más de 84.000 millones de dólares”.

Pidió “no escupir al cielo”, y pidió “la contribución sensata e inteligente de seguir colaborando con un modelo virtuoso de economía”.

Destacó Cristina el viraje de la economía: “la volvimos a casa, al continente, a la América del Sur, al Mercosur, porque sabemos que en la integración regional está una de las mejores defensas que podemos tener contra un mundo difícil. Afortunadamente los jefes y jefas de Estado de la región, más allá de las diferencias que podamos tener, sabemos que nuestro futuro está tomados de la mano, codo con codo, como quería Mario Benedetti”.

Agradeció especialmente a Venezuela y le deseó a su presidente, Hugo Chávez, su restablecimiento. “Disminuyó la deuda al 32,2%; creo que desde el empréstito de la Baring Brothers no teníamos una relación tan baja”, señaló respecto de la relación deuda-PBI.

Resaltó además como otro de los pilares fundamentales a la obra pública, respecto de la cual dijo que “estamos en más de un 5% del PBI en materia de inversión pública”. Destacó asimismo el papel del Banco Nación.

“En diciembre de 2003, de la torta del sector privado en cuanto a préstamos, el 45% era para las grandes empresas, para la banca minorista el 29, para las cooperativas el 9, y para las PYMES, el 8%, hoy las grandes empresas tienen el 19%, la banca minorista el 19, de las empresa vinculadas, del 10 al 2 y el 57% de la cartera del Banco Nación va a las Pymes, verdaderas generadoras de trabajo en la República Argentina”.

Al referirse al turismo, destacó el turismo proveniente de los países vecinos. “Todo esto no ha sido tampoco fácil, porque pareciera que contado así, parece un cuentito, pero lo más importante es que hemos podido hacer esto, en un período, el que le tocó gobernar a él, en un mundo en contra”.

Y definió esa situación como “una bendición”, porque impidió que se inyectaran al país activos financieros tóxicos.

“En el año 1980 la relación entre el producto bruto global –dijo- y el stock de activos financieros, era del 1,1; en el año 2010 llegó al 3,4, habiendo tenido una punta en 2006 de 3,6; ¿qué significa? ¿Hay cuatro veces más dinero que bienes y servicios para comprar. Y después nos quieren contar a nosotros que ellos gobiernan con metas de inflación? Gobiernan con metas de crecimiento, pero del sector financiero, y yo quiero significar que nosotros gobernamos con metas de crecimiento, del trabajo y del empleo. Esos son los ejes de nuestro gobierno y estos van a seguir siendo”.

Sostuvo que uno de los problemas brutales se produce entre la productividad y el salario, y destacó que la economía mundial se basa en la economía financiera. “Los bancos no pueden ser el fundamento de la economía, sino la palanca por la que la economía se mueva”, señaló.

La presidenta dijo que “pocas veces los bancos han demostrado balances con la rentabilidad que han tenido estos años en la República Argentina”.

“Cuando la sociedad crece en su conjunto, todos crecen con ella”, sostuvo, para seguir apostando “a la economía real”.

A continuación hizo referencia a la “sintonía fina”, y para ello dijo haber ordenado a sus ministros de la necesidad de hacerla. “He dispuesto que en el ámbito del Ministerio de Economía se cree una Secretaría de Comercio Exterior, que junto a la Secretaría de Comercio Interior, bajo la égida del ministro de Economía, comercio exterior e interior sean las dos caras de una misma moneda, porque la economía es una sola y no puede estar dividida”.

Dijo haber observado en sus cuatro años de presidenta que hay muchas ventanas separadas en el Estado para los mismos fines. “La falta de conexión muchas veces nos convierte en un Estado bobo, y yo quiero ser cualquier cosa menos boba; por eso he decidido que todas las áreas se articulen”.

También anunció la creación de una Subsecretaría de la Competitividad, ya que definió que el gran desafío que se viene es la competitividad.

“Es clave la innovación y la ciencia y la tecnología en la competitividad en esa etapa”, dijo.

Se refirió luego a un ranking de leyes que leyó estos días, y destacó que en su momento el que más leyes sancionó fue el gobierno de Fernando de la Rúa y “el que menos leyes había sancionado era obviamente el de esta presidenta, que perdió su mayoría legislativa a pocos meses de iniciado su gobierno”, dijo, recordando el conflicto con el campo.

“Decían algo así como que habíamos sancionado 92 leyes”, pero destacó qué leyes se habían sancionado, citando las de Servicios de Comunicación Audiovisuales, la estatización de las AFJP, y la de aumento a los jubilados.

Recordó su papel legislativo en las oportunidades que fue legisladora, y destacó que siendo “oficialista ma non troppo”, jamás se fue del bloque. “Siempre me quedé a pelearla de adentro”, dijo.

“Me acuerdo de muchos dirigentes sindicales que me venían a ver para que diera quórum”, recordó con referencia a la aprobación de la ley de flexibilización laboral, recordando que le pedían que diera quórum, aunque votara en contra. “Vino la flexibilización laboral, que terminó con los escándalos y voté de la misma manera que había votado cuando era oficialista”, dijo, y recordó que ese fue el principio del fin para el gobierno de la Alianza.

“Por eso creo que me siento con la experiencia de reclamarles a todos la misma responsabilidad”, por el mundo complicado actual.

Cristina Fernández de Kirchner comentó a continuación la huelga de los petroleros y los docentes santacruceños, que le significó al país la pérdida de más de 10 millones de dólares por día. Reivindicó el derecho de huelga, pero aclaró que eso no es “derecho de chantaje ni de extorsión”.

“En esta tarea que viene de sintonía fina vamos a tener que trabajar todos; por eso les he ordenado a todos los funcionarios que conformen mesas con todos los sectores”, señaló luego, en el marco de la competitividad buscada. Para poder discutir y debatir esa competitividad, y mejorar.

Respecto de la educación, pidió “a todos los hombres y mujeres que tienen ese inmenso honor de vestir el guardapolvo blanco, y también a los gobernadores, hacer un inmenso esfuerzo colectivo por cumplir todos los días de clase. También es algo que solicité en el mensaje de 2007 y debo decir que el informe que me acercó el ministro de Educación, nos da avances en la evaluación educativa, afortunadamente”.

Y destacó el valor del programa Conectar.Igualdad, “que nos convierte en el país en el mudo que más netbooks ha entregado”. Habló de calidad educativa y la reclamó también de los docentes. Leyó a continuación un informe que mostró mejores valores de rendimiento que en 2003, en matemática, lengua, ciencias sociales y ciencias naturales.

“Creo que todavía nos falta y mucho”, dijo, pero adjudicó esos mejoramientos al nivel de empleo, a la AUH y a la formación de las escuelas técnicas. Recordó su reciente visita a una escuela técnica en Lafferrere, donde “todos los chicos que van a esa escuela son la primera generación de secundarios”.

A continuación pidió a los legisladores el tratamiento de la ley de tierras. “Yo por lo menos cuando gritaba algo de la banca desde ahí después lo cumplí cuando fui presidenta”, señaló, en referencia a que en esa oportunidad un diputado de la oposición se la había reclamado.

También pidió por la Ley Penal Tributaria, que también envió y que “por no tener mayoría no hemos podido sancionar”.

“Por eso les pido también el apoyo de esta casa de las leyes, la ayuda a esta presidenta para poder seguir trabajando”, señaló la presidenta, que agradeció luego a todos los argentinos que “creyeron en nosotros. Yo no me la creo, se que represento un proyecto colectivo, que no soy yo, soy nacional y popular, y profundamente democrático”.

“Quiero darle las gracias a los millones de los argentinos que confiaron en este proyecto y esta presidenta, porque sin la ayuda de los argentinos una presidenta sola no puede”, remarcó.

Agradeció también a “mis compañeros y compañeras, a los que resistieron a pie firme los momentos más difíciles que nos tocaron vivir como gobierno y como movimiento político; a los que no desmayaron, a los que no defeccionaron, a los que creyeron que valía la pena luchar por los ideales y las convicciones; yo les prometo a ustedes y a todos los compañeros de la Patria Grande, que como dijo El, que no iba a dejar las convicciones en las puertas de la Casa de Gobierno; yo voy a decirles que en honor a os 40 millones de argentinos, que no vamos a dejar las convicciones, como nunca hicimos y vamos a seguir trabajando por todos los argentinos”.