Mucho se ha dicho del partido que jugaron los equipos de Daniel Scioli y Mauricio Macri en Mar del Plata, que el equipo del primero terminó ganando por 10 a 5. Pero amén del trasfondo político que tuvo el match, vale tener en cuenta que más allá de las sonrisas, partidos son partidos y cuando comenzó a rodar la pelota se acabaron las gentilezas. Tan es así, que el gobernador de la provincia de Buenos Aires le protestó airadamente al árbitro Brazenas la inclusión en el partido del dirigente y empresario Horacio Paolini, cuando aquél reemplazó a un cansado Mauricio Macri.

Sólo dos minutos estuvo en cancha Paolini, que al ingresar intentaba remontar un resultado desfavorable para Boca desmarcándose y pidiendo la pelota. Ahí fue que Scioli se le acercó y le preguntó la edad, obteniendo un sincero “tengo 47” como respuesta, ante lo cual el gobernador salió disparado hacia el árbitro para protestar porque el reglamento marcaba que tenía que haber en cada equipo un jugador que superara los 50 años. El partido quedó suspendido por unos minutos y finalmente Paolini tuvo que mirarlo desde el banco.

Al final del partido Scioli pidió disculpas, pero aclaró que “las reglas están para cumplirse”.