Un nuevo acuerdo político alumbró en la Legislatura cuando se trató la Reforma Impositiva, Entretelones de lo que pasó en el recinto antes y después de la cuestionada norma.
La irrupción de la imagen de un celular con datos publicada en la tapa del diario Clarín “banelquizó” la sanción de la Reforma Impositiva y puso un manto de sospecha sobre los legisladores de la oposición que acompañaron al oficialismo.
La Reforma Fiscal con revalúo incluido dentro del texto había iniciado su gira mágica y misterios por el Senado, donde los números del oficialismo son más holgados, cuenta con 28 legisladores sobre un Cuerpo de 46. Con el “apoyo explícito” de un senador opositor y “la ausencia” de dos legisladores anti K, el FpV-PJ obtuvo los dos tercios de los presentes. En Diputados el panorama fue otro.
En la Cámara baja, para lograr los dos tercios, el oficialismo necesitaba del “apoyo explicito” de algunos “bloques”. Para el caso que nos ocupa, fueron necesarias modificaciones sustanciales, como la firma del decreto de revalúo del gobernador Daniel Scioli, y tras cuestiones como mantener el status quo de las cooperativas de consumo en relación a los Ingresos Brutos.
Así el FpV-PJ logró el acompañamiento de 21 diputados que revisten en el Pro Peronismo, el FAP y Nuevo Encuentro. Los que votaron por la negativa fueron 27 legisladores: los radicales, los cívicos y bancadas menores de peronistas disidentes, más dos miembros del Pro Peronismo que votaron en disidencia.
Los observadores parlamentarios no se mostraron sorprendidos, pero aclararon: “ningún ciudadano medianamente informado de los avatares de la política podía imaginar que una alianza entre las huestes de Hermes Binner, Margarita Stolbizer, Mauricio Macri y las de Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli se iban a poner de acuerdo para aprobar un proyecto de ley que, con justicia o sin ella, implica una suba generalizada de impuestos”.
Como se sabe, el proyecto necesitaba de dos tercios de los presentes para ser aprobado en general. La bancada del FpV-PJ cuenta con 43 miembros, insuficientes inclusive para el quórum reglamentario para comenzar la sesión, para ello son necesarios 47.
En la comentada reunión estuvo ausente el diputado del FAP, Juan Carlos Juárez; por lo tanto para lograr el oficialismo los dos tercios necesitaba 60,66 diputados por la afirmativa para aprobar el proyecto “en general”. El FpV- PJ logró superar la marca reglamentaria, consiguió 64.
Desde un principio la negociación fue puesta en la escena pública por parte del oficialismo, centrada en el quórum. Sin embargo el otro escollo -y el más difícil- era conseguir los dos tercios, algo que casi necesariamente implicaba alcanzar acuerdos con determinados bloques y no puntualmente con diputados.
La oposición
Los republicanos de Mauricio Macri que votaron a favor en general el proyecto de Reforma Fiscal, que forman parte del bloque del Pro Peronismo, fueron Nancy Monzón, Orlando Yans, Jorge Alves, Verónica Couly y Julio Garro.
A ellos se deben sumar sus compañeros del bloque Pro Peronista Carlos Alberto Acuña, Gustavo Ferri, Juan Carlos Píriz y el presidente de la bancada Marcelo Di Pascuale, todos ellos de extracción peronista. El bloque tuvo dos “desobedientes” que no acompañaron la decisión mayoritaria.
En el otro rincón, en el Frente Amplio Progresista, la disciplina primó, aunque hubo un ausente, Juan Carlos Juárez, que además sirvió para dejar al bloque del FpV-PJ y su aliado Nuevo Encuentro con 46 diputados en mayoría simple para la votación en particular.
Los progresistas también se agrupan por vertientes, el presidente de la bancada Marcelo “Oso” Díaz junto a Abel Buil, Fernanda Antonijevich, Mirta Laspiur, Pablo Farías y Aldo García se referencian en el GEN de Margarita Stolbizer. En cambio, Ricardo Vago y Alfredo Lazzeretti son gente del Partido Socialista. Por último Rita Liempe es una extensión de la combativa CTA “no oficialista” y está ligada al diputado nacional Víctor De Genaro.
A este listado sólo resta sumarles los tres legisladores “medios-oficialistas” de la bancada de Nuevo Encuentro, Adrián Grana, Marcelo Saín y Natalia Gradaschi.
Si es una ley fundacional, como se deslizó desde voces que se alzaron en el oficialismo para defender la iniciativa, serán estos tres espacios políticos los que se encargarán de ir explicando el futuro a los argentinos. Por lo pronto, y como pasa siempre, primero hay que pagar el aumento.
Los duros
Por el lado de los contreras, los diputados opositores que bien podrían haber sido “tentados con beneficios selectivos” de los productores rurales serían los 12 radicales: Walter Carusso, Gustavo Vignali, Roberto Filpo, Carlos García, Jorge Silvestre y María Arata, la mencionada en la nota que disparó la polémica, aunque la primera también en salir a despegarse públicamente y ante la Justicia. A la lista de éste espacio, doblado por estas horas, se suman otros legisladores correligionarios: Ricardo Jano, Liliana Denot, Aldo Mensi, Luis Olliver, Sergio Panella y Alejandro Armendáriz (h).
Además, habría que sumar a los 6 denarvaístas del bloque de Unión Celeste y Blanco: su titular, Mónica López, María Elena Torresi, Guillermo Britos, Mauricio D’Alessandro y Gonzalo Atanasof; a cuatro de la Coalición Cívica-ARI: Walter Martello, Pedro Simonini, Marcela Guido y Oscar Negrelli; los dos de Proyecto Bonaerense, Jorge Solmi y Ramiro Gutiérrez y Ricardo Lissalde de Alternativa Bonaerense.
A los 27 que se opusieron a todo lo puesto en juego -quórum y votación en general de la norma- concluye con los dos díscolos del Pro-Peronismo que pidieron la palabra en el recinto para anticipar su voto en contra de la posición de su propio bloque: Rubén Eslaiman y Jorge Srodek.
