Rechazó enfáticamente las imputaciones formuladas por Mario Pontaquarto, dijo que no hubo sobornos para aprobar la ley laboral, que le sobraban los votos para hacerlo y que ha soportado “con paciencia una larga lista de agravios y mentiras”.
El expresidente de la Nación Fernando de la Rúa dijo ser inocente de los cargos que se le imputan, negando de plano haber pagado sobornos para la aprobación de la ley de Reforma Laboral en el año 2000.
Al declarar ante el tribunal que lo enjuicia junto a otros exlegisladores y exfuncionarios, De la Rúa habló una hora y media, hasta que se dispuso un cuarto intermedio hasta el martes que viene.
En tono pausado dijo que “defenderme es también defender a mi Gobierno, mi honor, mi familia, mi partido y la institución presidencial”.
De la Rúa recordó episodios de su mandato, como el corralito al que consideró una “medida inevitable” porque “una devaluación hubiera desplomado los salarios, era imposible”, y habló otra vez de “golpe institucional”. Muy gráfico, dijo que “nos tiraron a la zanja”, y remarcó haber sido víctima de un “golpe institucional”.
“Un sector del peronismo bonaerense con el FMI confluyeron para mi salida. Nos tiraron a la zanja”, declaró el exmandatario.
Dijo haber soportado “con paciencia una larga lista de agravios y mentiras”, y recordó que al asumir la Argentina “estaba en recesión” y que “era difícil el tiempo económico en que me tocó gobernar”.
Su Gobierno, remarcó, “no vino para fomentar la corrupción, sino para combatirla”.
Negó enfáticamente haber cometido delito alguno, aclarando que “no iba a comprometer mi honor para sacar una ley importante pero no existencial”, y en ese sentido afirmó que no necesitaba los votos de los cinco senadores procesados por las coimas, pues tenía los votos para aprobar la reforma laboral.
Criticó al juez Daniel Rafecas por haberse “aferrado” al testimonio de Mario Pontaquarto, cuya reunión relatada en el despacho presidencial fue calificada por De la Rúa como “absurda”.
“No hay precisión de Pontaquarto de qué se trata el ‘arréglenlo con De Santibañes’”, señaló el expresidentes.
De la Rúa mostró fotos del despacho presidencial durante su gestión y la de Néstor Kirchner para tratar de rebatir la descripción que Pontaquarto dio para sostener sus dichos de que allí había estado. Señaló en ese sentido que “si alguien ha estado en el despacho hay cosas que no puede ignorar: los granaderos en la puerta, los ventanales y el edecán que hace pasar a las visitas”.
