En la permanente lucha por fortalecer la identidad nacional, que es un elemento fundamental de todo Proyecto Nacional, es importante haber rescatado la trascendencia del 20 de Noviembre de 1845 como un hito que mantenga vigente el compromiso con la Soberanía no solo como defensa del territorio sino fundamentalmente como garante de las decisiones propias a partir de los intereses del país.

Los tiempos cambiaron y lograr Soberanía Política para tomar nuestras propias decisiones implica continuar por el camino del desendeudamiento y de la lucha permanente en todos los ámbitos necesarios contra los fondos buitres, que son los piratas de estos tiempos. Si no nos liberamos de la pesada carga de la deuda, no podremos invertir en desarrollo productivo ni en políticas de inclusión, por eso debemos acompañar las acciones llevadas adelante por la Presidenta de la Republica, Cristina Fernández de Kirchner, que entendió el mandato de los tiempos y con el acompañamiento mayoritario del pueblo está dando una batalla sin cuartel para garantizar la Independencia Económica, la Justicia Social y la Soberanía Política.

Pensar en soberanía es pensar también en la Patria Grande latinoamericana, porque solo unidos podemos integrarnos exitosamente en un mundo globalizado y hacer frente al capital financiero especulativo que somete a los países e impide su desarrollo independiente. El General Perón dijo que el año 2000 América Latina debía estar unida o seria dominada, y la realidad habla de que tenemos la voluntad política de unirnos por encimas de las diferencias políticas para ser artífices de nuestro propio destino.

Siempre sostengo que en las fechas patrias no hay que centrarse en los protocolos y la simple exaltación de los hechos acaecidos, sino fundamentalmente comprender ese devenir histórico para continuar en el camino de la construcción de una Patria para todos y todas.

Rescatar los hechos de la historia como un faro que marquen el camino a seguir, y compromiso político para que la lucha que iniciaron nuestros próceres no decaída es un mandato que los argentinos debemos asumir como propio para hacer realidad la definitiva independencia que soñaron nuestros predecesores en 1816 y defendieron en 1845.

¡En unidad y con los objetivos claros por una Patria libre e independiente!

Diputada nacional de la provincia de La Pampa