La reforma del Mercado de Capitales representa un ícono en la búsqueda constante del modelo por tener un Estado siempre presente. Da cuenta de que el federalismo también se construye con decisiones que impactan en el mercado de valores, y que repercuten mejorando las economías regionales.

Coincidimos con el nóbel de economía Joseph Stiglitz quien sostiene que “hay consecuencias distributivas en cada decisión política que se toma”. Por ese motivo se reformó la Carta Orgánica del Banco Central y se modificará el Mercado de Valores. La clave es dotarlo de más transparencia para hacerlo crecer y convertir los ahorros en inversión y más desarrollo económico. Para esto es necesario ampliar la participación de sectores productivos más chicos de todo el país.

Participar para federalizar

En Argentina, las PYMES representan más del 90% de las empresas; generan cerca del 75% de los puestos de trabajo; y son el equivalente a casi la mitad del Producto Bruto Interno (PBI). A pesar de su importancia, sólo el 15,2% de las que solicitan créditos lo obtiene y el financiamiento del mercado de capitales para ese sector es del 5% del total.

Abrir la participación a no socios del mercado (desmutualizar) hará posible que no sólo PYMES, sino también público general y pequeños inversores intervengan de la generación de ahorro/inversión. Esa democratización del acceso al financiamiento en el mercado de capitales permitirá canalizar el ahorro interno y transformarlo en inversión y desarrollo para las economías regionales. Pero además, federalizarlo posibilitará que el ahorro generado en cada región permanezca en ella y no sea absorbido a otras.

Federalizar para crecer

Argentina tiene un mercado de capitales que atrasa 40 años y sus normas (que datan de 1968) hacen que el mismo sea pequeño y concentrado. Esto lo ha estancado en relación al resto de los países: Chile, en la ultima década fue el de mayor profundidad, pero también Brasil y Perú tuvieron un importante crecimiento en el periodo 2002-2007.

En Argentina existen 5 mercados de valores y sólo 427 intermediarios tenedores de acciones; el 50% de ellos radica en Buenos Aires. Hay que hacer que más actores participen del mercado, ya que en la actualidad tan sólo 106 compañías cotizan en bolsa; en Brasil, 3 veces más; en Perú, el doble; en Chile, más del doble. Ni que hablar de Estados Unidos (25 veces más) y Canadá (37 veces más).

La federalización del mercado -que incluye la apertura de más agencias de promoción e información en el interior del país-, sumado al nuevo sistema de calificaciones de riesgo que incluirá a las universidades públicas y privadas, y a una regulación estatal a través de la Comisión Nacional de Valores (CNV); dotará de más transparencia y credibilidad al mercado nacional, lo que lo hará más atractivo.

Es clave la mejora de la interconexión entre los mercados nacionales, ya que simplificarán los trámites y permitirá mayores y menos costosas posibilidades de acceso. Esto es parte de generar las condiciones necesarias para canalizar el ahorro y volverlo productivo.

Crecer para consolidar

Parte del proceso que estamos viviendo, tras la salida del infierno y la resistencia a las fuertes embestidas y crisis internacionales, es reformar el mercado de capitales para consolidar el crecimiento económico. Hay que revertir la tendencia del último año en que las empresas cotizantes cayeron un 23% con relación al periodo anterior. Tenemos un amplio potencial y un largo camino por recorrer, pero debemos cambiar y actualizarnos.

No podemos seguir basando la confiabilidad sólo en las agencias de riesgo que en los últimos años bajaron previamente las calificaciones de las compañías en sólo 5 de las 17 crisis financieras internacionales. Buscar la supervivencia y mantener clientes aún en épocas de crisis es su naturaleza, pero no nuestro objetivo. Por eso planteamos un nuevo sistema de calificación de riesgo, acorde a la participación de actores más chicos como lo son las PYMES.

Sintonizar el mercado

Necesitamos un país con normas y leyes actualizadas, que incentiven el crecimiento de sus economías regionales. Un país cuyo mercado de capitales crezca y se corresponda con el progreso económico que tiene el país desde hace 10 años. Tenemos que volver a formar parte de las grandes discusiones en el mercado financiero internacional, sin dejar de enarbolar las banderas de la inclusión social.

Para llegar a ese país que todos queremos es necesario ampliar la mesa de discusiones económicas y reformar viejas estructuras para lograr más participación y desarrollo. Eso es la sintonía fina. Así se hace un Mercado de Capitales para todos.

El autor es contador con masters en administración y finanzas; ha sido ministro de economía de Salta, y en la actualidad, Diputado Nacional (FPV).