Discurso del diputado nacional Gustavo Ferrari al recibir su Premio Parlamentario 2012.
“Cuando recién empecé la tarea en el Congreso, me preguntaban mis amigos cómo es esto de ser legislador. Al principio yo les decía que parecía una bicicleta fija: trabajás, te esforzás y nunca sale nada de lo que hacés. Esa fue mi primera percepción de lo que era el estar en las comisiones, el debatir, el estudiar, el tratar de lograr la mejor propuesta… Y bueno, en el juego de las mayorías que tenemos que ciertamente respetar, porque en definitiva es la voluntad de la gente, muchas de esas leyes no salían, a pesar de todo el esfuerzo.
Pero bueno, un reconocimiento que hagan los pares también de alguna forma empieza a subrayar la importancia que tienen otras cosas que se hacen en el Parlamento, que no es solamente el hecho de que una ley en definitiva sea sancionada. Es el trabajo en las comisiones, es el exponer una idea que probablemente una cantidad de personas para la próxima elección reciben de otra forma o consideran de otra manera o también quizás en ese mismo trabajo en comisión, quienes son responsables de llevar adelante las mayorías, receptan. Y por eso quiero empezar agradeciendo por supuesto a Semanario Parlamentario, que reconoce este trabajo; a los periodistas que son intermediarios entre nuestro trabajo y la gente, que nos permiten vincularnos con la gente. También a todos los trabajadores del Congreso con quienes tengo una particular relación; con algunos futbolística, con otros simplemente el tratar de meternos en el ‘cómo le va’, en la vida, y en cómo en definitiva tenemos que agradecerles todo lo que hacen por nosotros.
Quiero hacer un agradecimiento especialísimo a mi equipo. Aquél con el que debatimos, nos peleamos, con el que tenemos diferencias, con el que muchas veces termino diciéndoles ‘tienen razón’, porque en verdad en cantidad de oportunidades he terminado opinando de manera diferente a como opinaba primariamente porque el equipo determinó que me convenciera de que tenía que seguir sus consejos. El equipo entonces, todos: prensa, quienes están en el despacho, quienes trabajan las leyes, un reconocimiento porque esto ciertamente es de ustedes.
A Francisco de Narváez, que un día me convenció de empezar a trabajar en la política. Me dijo: ‘Mirá, dejá todo, venite conmigo. Vamos a trabajar por la Argentina’. Y ahí estoy con él, trabajando juntos, con todos los desafíos que supone este trabajo.
Quiero subrayar un reconocimiento a mi mujer Florencia y a mis hijas Rosario y Agustina, porque son las que en el día a día soportan los tiempos que tenemos. Soportan el celular, el BlackBerry, las discusiones, el hecho de correr y levantarme desesperadamente para ver en el diario qué ha salido, qué no, las radios de la mañana, la falta de diálogo… y muchas veces también discusiones. Pero en definitiva el enriquecimiento que merece una discusión que tenga algunas veces sobre un tema con Florencia o el futuro que trato de trabajar para Rosario o Agustina es lo que hacen viable este trabajo.
Y permítanme recordar a don Humberto y doña Azucena, que son mis padres, que ninguno de los dos terminó el colegio primario pero que me enseñaron que estudiando, trabajando y esforzándose era posible llegar a cualquier destino. Le quiero dar un reconocimiento especial a mis padres, que no están, que me encantaría que me estuvieran viendo [aplausos], que en realidad me enseñaron el esfuerzo, el trabajo, la honestidad. Mi padre me entregó el peronismo, mi mamá me entregó el peronismo, las ganas de luchar por este país que todavía me emociona cuando lo nombro. Sigo emocionándome cuando digo la palabra Argentina, y realmente redoblo entonces con el agradecimiento a todos ustedes mi compromiso, primero por algo que me trajo profunda satisfacción el año pasado: que empecemos a aprobar unas leyes contra la violencia de género con la cual me he comprometido desde el primer día de asumida esta diputación [aplausos].
Gracias al reconocimiento de los diputados. Gracias Diana (Conti) por tu mención; estamos en caminos distintos y reconozco esa mención que hiciste. Y también el compromiso asumido hoy de trabajar en adelante incansablemente como lo he hecho hasta hoy por dos palabras fundamentos de la democracia: la igualdad y especialmente la libertad. Muchas gracias”.
