El presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja, Roberto Feletti, alertó sobre “una tensión entre el Gobierno y los grupos económicos con mayor poder en la Argentina, sobre una mayor tasa de ganancia, una acumulación de renta en dólares, un repudio a la moneda local”, y en ese sentido habló de “sectores dominantes que al repudiar la moneda condicionan al Gobierno”.

Tras mencionar las intenciones de dar un “golpe de mercado”, se refirió a una situación que “lleva dos años” y reconoció que el Gobierno tiene una “debilidad externa”, por haber perdido “un vector de competitividad como la energía, desde fines de 2010”, entonces “inmediatamente el empresario dice: ‘si no tengo energía barata, quiero salarios baratos’. El Gobierno lo ha venido enfrentando con mucha tensión y obviamente ha llevado a una baja de la tasa de ganancias de las empresas en estos años, que responden con caída de la inversión, con presión de precios”.

Aseguró que el Gobierno está enfrentando discusiones con los sectores empresarios y agropecuarios “con bastante éxito, porque sin retroceder un ápice de los postulados, está enfrentando con éxito esta discusión”.

En diálogo con radio Continental, Feletti sostuvo que “el centro de la discusión es un complejo agrofinanciero que enfrenta la posibilidad de que la Argentina tenga una expansión de empleo, una expansión de desarrollo industrial y consiga la energía que necesita para sostener ese tipo de desarrollo”.

Con relación al precio de las naftas, el diputado kirchnerista dijo que el Gobierno sigue garantizando la provisión de energía y “la vuelca al mercado interno a valores compatibles”.

“Este es un Gobierno que interviene”, dijo, y tras citar el caso del trigo como otro ejemplo, afirmó que el Ejecutivo “pone un dique entre lo que pasa en el mundo, que está muy volátil y difícil, y las necesidades del mercado interno argentino. La nafta no es la excepción”.

Según Feletti, la empresa Repsol retaceaba en su momento inversiones y exploraciones para aumentar la producción porque “estaba esperando un cambio de Gobierno que le permitiera a ellos exportar a precio internacional y desvincular ese comodity del mercado interno. Esta intervención se está sosteniendo y por supuesto que cuesta reservas, del mismo modo que costó reservas cumplir los compromisos externos, también costó reservas la importación de combustibles que Argentina necesitó para funcionar todo este tiempo”.

“El Gobierno apeló a esta espalda que son las reservas para garantizar el funcionamiento o la oferta de combustible a precios compatibles con la necesidad de producción. Y lo ha logrado”, aseguró.