Legisladores de todo el arco opositor adhirieron por distintos medios a la “marcha del silencio” en el aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nisman, mientras que desde el oficialismo repudiaron la convocatoria.

Entre las voces en contra del “18F” estuvo el kirchnerista Edgardo Depetri, quien consideró que la marcha “muestra dos países: el nuestro, con la puesta en marcha de una obra como Atucha II, que nos pone en el camino de la soberanía energética y el desarrollo tecnológico, y por el otro lado, el de la especulación y el oportunismo electoral, resultado de la alianza entre jueces, fiscales, los medios hegemónicos y una oposición decadente y sin ideas”.

“La disputa de hoy es con el poder económico: o gobierna el pueblo a través de sus representantes o vuelven las corporaciones con sus políticas de ajuste”, aseguró el diputado por el Frente para la Victoria.

En cambio, el senador del Movimiento Popular Neuquino Guillermo Pereyra opinó que “el pedido de Justicia es una expresión unánime del pueblo argentino, es ‘el grito del silencio’ que reclama toda la sociedad”.

“Nos sumamos a la marcha para pedir Justicia, nada más”, explicó el neuquino horas antes de partir hacia Buenos Aires para participar de la convocatoria.

La diputada radical Patricia De Ferrari aportó: “hoy los ciudadanos le rendimos homenaje a un fiscal que tuvo la valentía de enfrentar al poder, en su afán de buscar esclarecer un crimen por el que 85 víctimas claman por justicia hace más de 21 años, sin pensar que tristemente él pasaría a ser otro muerto que lamentar, en otro oscuro episodio por resolver”.

Sin embargo, agregó que “también, indirectamente, hay un reclamo, tan silencioso como potente, en relación con el respeto a las instituciones, porque existe un gobierno que ha hecho de la impunidad un modo de gestión, del avasallamiento a los otros poderes una constante, y del sometimiento de la Constitución a sus caprichos, una metodología diaria”.