María Rosa Muiños es la flamante vicepresidenta segunda del Parlamento porteño. En representación del Frente para la Victoria delinea las expectativas y el trabajo que encarará la oposición el próximo año. Además, opina sobre el nuevo Gobierno y plantea una autocrítica sobre la derrota en las elecciones.
Por Melisa Yael Jofré
Los últimos días de trabajo de este año encuentran a la legisladora María Rosa Muiños adaptándose al nuevo cargo que tendrá por dos años. Propuesta por su bloque del Frente para la Victoria, fue designada como la vicepresidenta segunda de la Legislatura porteña y confiesa que tiene “un montón de expectativas” para el 2016.
Además, la diputada afirma que guarda una “muy buena relación” con Carmen Polledo, la vicepresidenta primera, pero advierte que más allá de sus voluntades para trabajar juntas por las políticas internas de la Casa, “el rumbo que tome el Gobierno nacional” será fundamental para determinar la agenda del kirchnerismo en el Parlamento.
En diálogo con Semanario Parlamentario, Muiños opina sobre los temas de la Ciudad de Buenos Aires y, por otro lado, analiza las primeras medidas adoptadas por Mauricio Macri. También, reflexiona sobre la derrota de su espacio en las elecciones y reconoce “errores en el manejo comunicacional” del ex oficialismo.
– ¿Cuáles son sus expectativas para el trabajo legislativo del próximo año, sobre todo ahora que fue elegida como la vicepresidenta segunda del Cuerpo?
– Tengo un montón de expectativas, lo que pasa es que las misiones que tiene la Vicepresidencia Segunda son las de colaborarle a la Vicepresidencia Primera, en líneas generales, para ayudar en el manejo de la Casa. Obviamente, en lo que tiene que ver con el manejo de la política, pero también con la administración, no de los recursos, pero sí de las políticas que tiene la Casa. Hay un decreto que dice que la Vicepresidencia Segunda tiene dos direcciones generales a cargo y, en realidad, hoy en día son más.
Me vengo entrevistando con los directores generales que quedaron y en algún momento me tendré que sentar a acordar con la presidencia y la vicepresidencia primera cómo vamos a dividirnos estas responsabilidades y ver cómo podemos complementar estas tareas. Por ejemplo, la Dirección General de Cultura es una dirección que a mí me interesa mucho.
– ¿Cómo es su relación con la vicepresidenta primera, Carmen Polledo?
– Desde lo personal con Polledo tenemos la mejor relación. Hace dos años que nos conocemos, desde que yo entré como legisladora, cuando asumí a fines de 2013. Hace dos años que nos relacionamos y dialogamos, siendo ella jefa del bloque del Pro y yo una diputada del Frente para la Victoria, con algunas responsabilidades como la de presidir la Comisión de Descentralización y siendo vicepresidenta de Planeamiento Urbano.
Nos llevamos muy bien y creo que nos vamos a llevar mejor, que vamos a poder acordar un montón de políticas hacia adentro de la Casa y, en el hacia afuera, me parece que más allá de la voluntad que pongamos la una como la otra también va a influir mucho el rumbo que va a tomar tanto el Gobierno de la Ciudad como el Gobierno nacional. Más allá de que nuestro trabajo específico como legisladoras, que es pensar en los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires, nadie puede ignorar que somos actores políticos y que, como le ha pasado al Pro siendo oposición al Gobierno nacional y que dentro de la Legislatura eso tuvo su reflejo, seguramente a nosotros nos va a pasar lo mismo.
Por ejemplo, nosotros presentamos un pedido de declaración, que fue una iniciativa de Magdalena Tiesso, quien acaba de asumir como legisladora nuestra, reflejando nuestra preocupación por los nombramientos por decreto que hizo Macri en la Corte Suprema. Entonces, por más que no afecte el desempeño del Ejecutivo de la Ciudad, es un tema político importante que está a nivel nacional pero que de alguna forma nosotros entendemos que nos preocupa, porque a nuestro entender afecta la vida institucional del país.
– ¿Qué temas, cree usted, ocuparán la agenda del bloque del Frente para la Victoria en el 2016?
– Nosotros entendemos, tanto por las medidas que ha tomado Mauricio Macri a nivel nacional como por el anuncio de Horacio Rodríguez Larreta el día que juró acá en la Legislatura, que hay varios temas que ellos están priorizando y van a priorizar. Nosotros estamos, en algún sentido, en coincidencia con Horacio, sobre todo en los problemas que preocupan a los vecinos de Buenos Aires, como la seguridad y el trabajo en conjunto con el área Metropolitana, que es una cosa que nosotros hicimos mucho hincapié y que no pudo hacerse porque los distritos estaban gobernados por signos políticos diferentes. Evidentemente, van a cambiar de opinión ahora, porque ellos gobiernan los dos distritos más importantes.
– ¿Hay otros reclamos sobre los que puntualizarán?
– La urbanización de villas es parte de los anuncios que hizo Rodríguez Larreta, y son reclamos que nosotros ya tenemos como históricos. Él en su jura lo puso como una de las políticas más importantes que va a llevar el Ejecutivo. Nosotros lo que le manifestamos a Horacio es que como bloque vamos a colaborar en ese sentido, porque es una política que nos interesa, pero nos interesa participar y estar en las definiciones del cómo. Hasta ahora, el Pro dice que ha urbanizado villas y asentamientos, como el caso de Los Piletones, y entendemos que eso no es urbanizar porque no han hecho una urbanización plena al tejido urbano, sino que han tenido una política de otorgamiento de escrituras y de títulos, apertura de calles, pintada de cordones y salas de atención para descentralizar la presión de los hospitales.
Nosotros entendemos que urbanizar implica un poco más de políticas, e implica una política integral para involucrar a la gente del barrio. En ese sentido, mi único llamado de atención en la jura de Horacio fue que él dijo que habían trabajado codo a codo con Margarita Barrientos y que iban a ser acompañados por ella en la urbanización de los demás barrios. La verdad es que el trabajo que hace Margarita es fantástico, hace un montón de años, pero las villas no son todas iguales. Él está dispuesto a discutir estos temas con nosotros y, en ese sentido, todo lo que sea para mejorarle la vida a la gente nosotros lo vamos a estar apoyando.
– ¿Plantearán cuestionamientos sobre la marcha del Presupuesto, que fue tratado de forma exprés?
– Por ley el Ejecutivo puede redistribuir un cinco por ciento del presupuesto asignado por cada uno de los sectores, exceptuando el inciso 1 que es el que corresponde a los salarios. El Ejecutivo, de hecho, redistribuye siempre esas partidas. Nosotros no podemos, tenemos otras herramientas como el pedido de informes.
Si observamos que algún sector ha quedado desguarnecido o desprotegido y requiere de un refuerzo presupuestario, se plantea, se discute y para eso está la ampliación presupuestaria, que siempre el Ejecutivo manda aproximadamente a mitad de año y nosotros aprovechamos para discutir ahí los temas de los cuáles tenemos información de que hay un faltante.
Por ejemplo, el Garrahan es otro de los temas que discutimos con Rodríguez Larreta, tema que sigue sin resolverse. Él manifestó que tenía voluntad de ver cómo se resolvía. Ahora la Nación y la Ciudad van a estar manejadas por ellos, así que no hay más excusa, tienen que definir el cómo y cuál es el procedimiento. La puja del hospital Garrahan tenía a dos distritos gobernados por signos distintos y ahí es donde se dio la discusión, que no tendría que haberse dado porque el Garrahan es el hospital más importante del distrito y atiende a niños de todo el país. Ahora no debería haber problemas, tienen que definir si el financiamiento lo van a seguir haciendo en forma mancomunada ambos distritos o si la Nación o la Ciudad se harán cargo en su totalidad de la administración de los recursos del hospital.
– En el plano nacional, ¿cuál es su opinión de la derrota del Frente para la Victoria en las elecciones y qué piensa del más del 51 por ciento de los votos que obtuvo Mauricio Macri en el balotaje?
– No me voy a arriesgar a números, pero sí creo que hay una porción importante de ese 51 por ciento que no lo votó a él personalmente. Creo que en la composición hay una gran parte que no vive en la Ciudad de Buenos Aires y lo votó por la gestión en la Ciudad, o por lo que supone que es la gestión y lo que los medios dominantes han mostrado de esa gestión; hay otra parte de la Ciudad que lo votó por la gestión efectiva, porque son vecinos que viven en la Ciudad; y creo que parte del Conurbano sí votó lo que vio o lo que creyó ver de la gestión, porque muchos trabajan y transitan la Ciudad diariamente pero no viven acá, entonces lo que ven es lo que efectivamente hizo el Pro y que es muy vistoso.
También me parece que hay un componente, yo no sé si decirle “anticristina”, pero sí que fue en contra de una política que en los últimos años se cerró para adentro. Yo no sé si se votó en contra de las medidas o políticas económicas del Gobierno, pero sí en rechazo a lo actitudinal.
– ¿Parte de la autocrítica del espacio está enfocada en este aspecto?
– Es que a mí me parece que hubo errores en el manejo comunicacional, porque tuvimos a los medios dominantes en contra sin pausa, era un bombardeo constante, y en base a los errores propios. No tuvimos una actitud de diálogo abierta, entonces lo que veo es un rechazo a lo actitudinal más que a una política económica.
En este proyecto hubo una intención de involucrar a la gente en lo colectivo y me parece que en algún momento, para mí en los últimos años, no estuvo bien comunicado y el involucramiento fue muy para dentro.
Igualmente, después de doce años de Gobierno, con dos presidentes y la primera presidenta mujer electa por los argentinos, sacamos dos por ciento menos del que ganó con un candidato (Scioli) que fue asfixiado mediáticamente, por lo que hubo una alta valoración de la inclusión y la adquisición de derechos.
