Como es previsible en el ámbito donde se define la centralidad de las decisiones gubernamentales en Balcarce 50 y el Senado de la Nación, varios de sus integrantes no tienen una relación lineal, sino posiciones encontradas, lo cual no es para alarmarse, pero marca la existencia de discrepancias que no pueden dejar de ser tenidas […]
Como es previsible en el ámbito donde se define la centralidad de las decisiones gubernamentales en Balcarce 50 y el Senado de la Nación, varios de sus integrantes no tienen una relación lineal, sino posiciones encontradas, lo cual no es para alarmarse, pero marca la existencia de discrepancias que no pueden dejar de ser tenidas en cuenta.
Según fuentes inobjetables, la relación entre el jefe de Gabinete Marcos Peña y la vicepresidenta de la Nación y titular de la Cámara alta Gabriela Michetti no está atravesando su mejor momento. ¿Las razones? Serían varias, según admitió a Parlamentario un legislador que frecuenta a ambos dirigentes, aunque declinó enumerarlas puntualmente.
En rigor, el distanciamiento entre Peña y Michetti no es nuevo; en la interna por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, el jefe de los ministros jugó con Horacio Rodríguez Larreta y desde entonces la relación pasó a ser simplemente protocolar. Pensar que antes Peña era el niño mimado de Michetti. Todo cambia.
