Por Carolina Ramos

“Queda aprobada la Ley de Solidaridad enviada por el Poder Ejecutivo. Gracias a todos los senadores y senadoras. Queda levantada la sesión”. Con esas palabras, Cristina Kirchner daba por finalizado su debut como presidenta del Senado y cerraba un año parlamentario con un nivel de actividad por debajo de lo deseado, que contrastó con un diciembre frenético cuya prueba quedó plasmada en la versión taquigráfica: aquel debate terminó a las 3.53 del sábado 21 de diciembre.

Ambas cámaras sesionaron ocho veces cada una en el período ordinario y una en el período extraordinario, es decir, tras la asunción de Alberto Fernández. Entre el 1.ro de marzo y el 30 de noviembre, en la Cámara de Diputados hubo seis sesiones especiales, una de tablas y una informativa del jefe de Gabinete, mientras que en el Senado fueron cinco especiales, dos de tablas y una informativa. A estas sesiones se suman las del 19 y 20 de diciembre, para aprobar la “megaley” de emergencia.

Producto del bajo desempeño en los recintos, varios proyectos quedaron pendientes de aprobación en alguna de las dos cámaras, o simplemente sin lugar en la agenda política.

Uno de los proyectos más relevantes para 2020 es sin dudas el Presupuesto. La iniciativa enviada el 15 de septiembre por Mauricio Macri se transformó en letra muerta luego de que las elecciones de octubre consagraran a Fernández, y fue así que el presidente electo anunció la prórroga de la ley actual hasta que se elabore un texto nuevo, que será enviado entre abril y mayo. “Hemos tenido muchas dificultades para hacer un presupuesto seriamente en tan poco tiempo”, argumentó el mandatario días antes de asumir.

Por otra parte, el Senado tendrá que abocarse a dos proyectos de fuerte impacto social que ya fueron aprobados en Diputados: los de alquileres y góndolas. El primero fue avalado en la Cámara baja el 20 de noviembre con 191 votos afirmativos, ninguno negativo y 24 abstenciones, la mayoría del interbloque Cambiemos. Entre otras cosas, la iniciativa extiende de dos a tres años el plazo de los contratos y establece un reajuste anual en base a los índices de inflación y salarios.

En cuanto a la ley de góndolas, obtuvo media sanción con 182 votos afirmativos, ninguno negativo y 17 abstenciones, y establece que una misma marca no podrá superar el 30% del espacio disponible en la góndola que comparte con productos de similares características. Se busca así frenar conductas monopólicas y favorecer la competencia y la participación de pymes.

A diferencia de los proyectos de alquileres y góndolas, que lograron un buen grado de consenso, la ley de “ficha limpia” fracasó en el recinto de la Cámara baja, donde Cambiemos intentó tratarla el 21 de noviembre pasado, pero no logró reunir el quórum. Días después, con la finalización del período ordinario, cayó el dictamen de comisiones que se había firmado en agosto, por lo que habrá que recomenzar el trámite. Lo mismo sucedió con otro despacho, sobre reformas a la Ley de Maltrato Animal, que también caducó.

En el Senado está pendiente, además, un proyecto presentado por Agustín Rossi antes de asumir como ministro de Defensa, para crear un “Fondo Nacional de la Defensa” con el fin de reequipar a las Fuerzas Armadas con un porcentaje gradual del total de ingresos corrientes previstos en el Presupuesto.

Por último, la Cámara alta está en deuda con la designación de la Defensora del Niño, Marisa Graham. Su nombramiento fue aprobado en Diputados el 26 de junio, pero el Senado “planchó” el pliego, que cosechó rechazo entre los legisladores antiabortistas por la posición de la candidata a favor de la interrupción voluntaria del embarazo.

Luego de que organizaciones “celestes” agitaran versiones sobre el vencimiento del plazo para la designación, la comisión bicameral que propuso a Graham firmó una resolución aclaratoria, que dispuso que el plazo era de 180 días hábiles legislativos, con lo cual habrá tiempo hasta abril de 2020.