El Gobierno se puso con la “guardia alta” por las informaciones de distanciamiento entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel.

“Nos sigue llamando la atención que en los últimos días un sector quiere instalar rumores de internas y renuncias”, dijo el vocero presidencial Manuel Adorni.

De esa forma, el Gobierno blanqueó su preocupación por esas informaciones, a las que en realidad contribuyó principalmente el presidente Milei cuando al asumir alteró el protocolo y sacó a Villarruel del acto.

Esa fue la primera muestra de distanciamiento entre ambos, cuyo origen aún es desconocido.

Así se fueron sucediendo otras actitudes del Gobierno contra la vicepresidenta, que tuvieron su punto cúlmine con la caída del DNU desregulador la semana pasada en la Cámara de Senadores.

Villarruel recibió una andanada de críticas del ejército de trolls oficialista, que le endilgaron haberse equivocado al dar lugar a la sesión, a sabiendas de que perderían la votación.

Pero todo cambió el martes pasado cuando Villarruel fue invitada a la reunión del gabinete nacional y se difundió una foto oficial con ambos abrazados, casi como entrañables amigos.

Además, el Gobierno tomó nota del editorial del director de Perfil, Jorge Fontevecchia, quien escribió sobre un posible enjuiciamiento y destitución a Milei y ungir como sucesor al diputado Miguel Ángel Pichetto en una Asamblea Legislativa.

Ese dato, como informó oportunamente parlamentario.com, circuló últimamente en algunos círculos del kirchnerismo.

Lo cierto es que Adorni le bajó el precio a todo. “La realidad de la Argentina es que van dos meses consecutivos de superávit comercial y financiero, se ha hecho una reducción del gasto público de 5 puntos del PBI solo en los gastos del Tesoro y una caída del gasto primario del Estado en términos reales del 40%”, enfatizó, al señalar que el Gobierno está en marcha.