El proyecto contaba con media sanción de la Cámara de Diputados y fue aprobado por unanimidad en la sesión de este jueves en el Senado.
El Senado aprobó por unanimidad (51 votos afirmativos) en la sesión de este jueves la declaración del 18 de julio de cada año como Día de Duelo Nacional, en homenaje a las víctimas del atentado terrorista perpetrado el 18 de julio de 1994 en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
La iniciativa había recibido media sanción hace un año atrás en la Cámara baja, impulsado por la diputada del Pro Sabrina Ajmechet. El texto se votó en conjunto con otros proyectos, incorporándose al temario durante la jornada, argumento que tomaron en ese momento los entonces legisladores Javier Milei y Victoria Villarruel para justificar por qué habían votado en contra.
La flamante ley dispone que todos los 18 de julio la bandera nacional permanecerá izada a media asta en los edificios y lugares públicos. Además, se invita a las provincias y la Ciudad de Buenos Aires a adoptar medidas similares.
Otro de los artículos establece que el Ministerio de Educación (hoy Secretaría), mediante el Consejo Federal de Educación y en coordinación con las autoridades educativas provinciales y de la CABA, "dispondrá los medios necesarios para que los establecimientos educativos organicen y desarrollen actividades conmemorativas en esa fecha".
Miembro informante del tema fue el senador riojano Juan Carlos Pagotto, quien habló de “una deuda que estamos teniendo sobre un hecho luctuoso que ensombrece la historia argentina y que hasta el día de hoy no hemos tenido el resultado de sancionar a aquellos que han intervenido en este hecho, que es un acto de guerra en el territorio nacional”.
A continuación, el senador de UP Guillermo Andrada señaló que “el terrorismo es un fenómeno complejo, político, que ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Que no está circunscripto a un tiempo ni a un lugar, y que representa una amenaza global y un reto para la comunidad internacional”.
“Son actos premeditados y que su única intencionalidad es generar el miedo, sembrar pánico y por lo general es con fines políticos”, señaló el catamarqueño, para quien “hay distintas motivaciones para el terrorismo: apoyos, financiamiento, objetivos”, y se refirió específicamente a lo que “es muchas veces la semilla del terrorismo, que son los discursos de odio, que hoy tienen una plataforma bastante fácil para actuar, que son las redes sociales”.
“Esos discursos de odio generalmente tienen una motivación que es generar expresiones que incitan a la discriminación o la violencia política”, dijo, sugiriendo prever este tipo de acciones, en tres planos que deben tenerse en claro: “Establecer que tomemos las medidas de prevención, cuando se están iniciando los ataques de odio; es menester que la justicia actúe sin mala praxis, que se llegue a los culpables; y por supuesto, al decretar un día de duelo hacemos que en las escuelas se reflexione para que nunca más se puedan sembrar semillas de odio, que es lo preexistente a un atentado”.
El mendocino Rodolfo Suárez dijo que esa mañana del 18 de julio de 1994, “a las 9.53, se produjo este hecho que vino a producir una ruptura en esta historia cultural de tolerancia que tiene la Argentina”. “Este hecho doloroso tiene un dolor más que es la impunidad, aún tenemos que luchar para saber quiénes son los culpables”.
Para el exgobernador radical, “sancionar este proyecto es una manera de tener la memoria activa. Estamos haciendo un aporte y debemos bregar para nunca claudicar en la búsqueda de justicia para estos hechos”.
La cordobesa Alejandra Vigo adhirió a continuación al proyecto de establecer un proceso de luto por un hecho que significó para el pueblo entero “una herida muy profunda”. Recordó que “a casi 30 años del atentado a la AMIA, la CIDH, en el caso de la asociación civil Memoria Activa, condenó al Estado argentino por haber privado de la verdad histórica a todas las víctimas y su sociedad”.
A su turno, José Mayans recordó que hubo dos atentados, el primero en marzo de 1992 contra la embajada de Israel. Sobre el atentado contra la AMIA, contó que él vive cerca de allí y estaba mirando televisión a Mauro Viale, quien “se había quedado helado” cuando fue la explosión. “Parecía que había sido un terremoto; después Viale dijo ‘parece que hubo un atentado en la AMIA’”.
“Es un atentado contra el pueblo argentino; son argentinos los que estaban ahí y el atentado terrorista consiste en eso, generar terror e incertidumbre. Habíamos tenido la Guerra del Golfo y lo que representó el ataque de los países aliados a Irak. Fue un hecho lamentable”.
Luego recordó el debate en el Senado en torno al Memorándum de Entendimiento con Irán, y también cuando se habló del juicio en ausencia. Finalmente anunció el acompañamiento al proyecto y remarcó que “como todo argentino queremos que los responsables de estos hechos lo paguen”.
A continuación fue el turno del misionero Carlos Arce, quien dio uno de los discursos más conmovedores, porque fue en primera persona. Citó el primer atentado, el 17 de marzo de 1992, contra la Embajada de Israel, ocasión en la cual él como médico estaba de guardia en el Hospital Fernández. “Sentimos un ruido tremendo, que no sabíamos de dónde venía. Lo primero que vimos fue un taxis que trajo unos niños manchados con cal, que eran de una guardería de al lado de la embajada –evocó-. Atendimos a muchísima gente… Se nos murió la gente sin poder salvarla. 22 muertos hubo, 242 heridos atendimos en el Fernández, y hoy las vueltas de la vida me dan legislar un duelo de algo que estuvo muy relacionado con la embajada de Israel, como es el atentado a la AMIA. Es muy difícil no emocionarse recordando ese día tan triste”.
Por último, el jefe del bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche, resaltó lo bueno de ver “que todos los bloques nos hemos podido unir en algunos temas. Eso habla muy bien de que podemos progresar en algunos temas”, y remarcó que “somos parte de un Gobierno muy comprometido en la búsqueda de justicia, con la democracia, la libertad”.