Equipo que gana no se toca… ¿pero si pierde sí?

Tras una seguidilla de derrotas electorales, Javier Milei decidió ponerse al frente de la conducción política del Gobierno, pero sin renovar nombres ni estrategias. Mientras la economía se desploma y la corrupción gana protagonismo, el presidente redobla su apuesta con los mismos aliados y un rumbo que la sociedad empieza a cuestionar con fuerza.