Cuando después de la maratónica sesión de Diputados que insumió 17 horas y media, tenía que jurar Marcio Barbosa Moreira como nuevo prosecretario administrativo. Se los advirtió a los diputados Emilio Monzó antes de votar el último artículo de la ley antidespidos en particular, previendo el desbande que igual se produjo. Alcanzó a frenarlo, le tomó juramento al nuevo funcionario, que había estado presto a esa ceremonia desde el día anterior, en el inicio, y sí dio por concluida la reunión, cansado como el resto de los diputados. Pero siempre atenta, la prosecretaria parlamentaria Marta Luchetta se apuró a frenar a Monzó y lo hizo sentar, para que diera formalmente por levantada la sesión.

Así lo hizo el presidente, el reloj marcaba las 5.56. Y tras las palabras de Monzó, se alcanzó a escuchar un irónico: “¿En serio? No querían quedarse un rato más?”. No, ¡por favor!