Un grupo de piqueteros de los sectores más “duros” solicitó al Senado la “anulación absoluta” de la reforma laboral para que “pierdan vigencia todos los convenios” que se celebraron al amparo de la norma sancionada en 2000.
La delegación de piqueteros "duros", encabezados por los dirigentes Néstor Pitrola, del Polo Obrero, y Raúl Castells del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados, concurrió a la Comisión de Trabajo, para presentar su propuesta en relación a la ley laboral.
"Se debe anular esta ley que es una ley negrera, explotadora y esclavista", dijo Castells, en relación a la norma 25.250 aprobada durante el gobierno de Fernando de la Rúa.
Aunque defendió la derogación en sintonía con el proyecto del Gobierno, el líder del Movimiento de Jubilados criticó el texto oficial y dijo que "es solo un maquillaje" y que "mantiene la precarización del trabajo".
Los piqueteros reclamaron, en cambio, un salario mínimo de 800 pesos y que, por tres años, la jornada laboral se reduzca de ocho a seis horas, para fomentar la incorporación de nuevos trabajadores a las empresas.
Castells se refirió, además, al papel del Congreso y dijo que "la gente pobre no veía con buenos ojos a sus integrantes, que siempre han estado al servicio de los ricos".
Igualmente, y al margen de las críticas, el jefe de los piqueteros duros invitó al presidente de la Comisión, el radical Carlos Prades, a que se sume a las protestas que coordinaron los desocupados.
Con un "no puedo, estoy ocupado", el radical logró esquivar la "invitación", en una reunión a la que asistieron escasos senadores y que se enmarca en la ronda de consultas que diagramó el Senado antes de llevar la ley al recinto el próximo martes.