La nueva técnica de “feed lot” crece en nuestro país junto con el boom de la soja, pero su actividad no está regularizada. En Diputados presentan un proyecto para normalizar el engorde rápido y concentrado.
Producir más al menor costo, con una baja inversión, un menor factor de riesgo y un amplio mercado es la clave de todo negocio redituable. Sin embargo, en ciertos casos, existen límites en la búsqueda de mayores réditos, ya que la vida humana es mucho más importante.
A nivel alimenticio debe haber una regulación porque cualquier problemática provocada por una mayor ambición de unos pocos inescrupulosos puede afectar a mucha gente. La situación puede ser muy grave y el Estado debe intervenir, ya que en estos tiempos la actividad agropecuaria es una de las mayores beneficiadas con el tipo de cambio, lo que conlleva a producir mayor cantidad, a corto plazo y en terrenos reducidos.
¿La cárcel?
Las grandes extensiones de tierra de nuestro país se convirtieron en pequeños espacios donde se crían animales para el engorde rápido y concentrado. Este sistema intensivo se lo conoce como “feed lot” (engorde rápido) y, a pesar que esta modalidad ya tiene unos años en el país no está regulada.
Con este objetivo, la diputada Graciela Gutiérrez presentó una iniciativa para normalizar, a nivel nacional, la instalación y funcionamiento de los establecimientos de cría intensiva de ganado vacuno.
El proyecto de ley establece como “feed lot” a toda aquella área confinada y preparada, donde los vacunos son alimentados, normal o mecánicamente para fines productivos. La definición comprende a las instalaciones para acopio y distribución de alimentos y las instalaciones sanitarias y de tratamiento de efluentes.
Gutiérrez explicó que su proyecto tiene como objetivos “dar un ordenamiento y regulación en lo que respecta a los “feed lot”; constituir un registro a nivel nacional, a fin de poder encauzar y encaminar productivamente la actividad; realizar la producción de manera sustentable, a fin de evitar impactos negativos en el ambiente; la preservación de la calidad de los alimentos y materias primas de origen animal; y la protección de la salud humana y su calidad de vida”.
Con respecto a la clasificación, se hará de acuerdo con la número de animales en confinamiento, lo que sería “familiares: 1 a 2.000”, “comerciales: 2.000- 5.000”, e “industriales: más de 5.000 vacunos”.
Otro de los puntos destacados es la creación de varios registros, como el “registro nacional de establecimientos pecuarios de engorde a corral” y “registro de responsables técnicos”, donde deberán inscribirse aquellos médicos veterinarios o ingenieros agrónomos matriculados que, acreditando idoneidad en la especialidad, deseen obtener la licencia habilitante.
Lugar y habilitación
Los nuevos establecimientos que se dediquen a “feed lot” deberán estar emplazados en zonas distantes a más de 10 kilómetros de centros poblacionales; se debe encontrar a más de 5 km de vertientes de agua, ríos, arroyos, lagunas y lagos; y en regiones con precipitaciones anuales menores a 1.500 milímetros.
Para la instalación y establecimiento de nuevos sistemas intensivos de engorde a corral, para 2.000 vacunos es obligatorio tener constancia de inscripción en los respectivos registros; constancia de factibilidad de localización emanada de autoridad local; descripción detallada del establecimiento en lo referente a instalaciones; y plan de manejo de efluentes. Respecto de los “comerciales” se les impone, además, programas de monitoreo en lo que refiere a la calidad de agua y comida proporcionada.
En tal sentido, en los establecimientos con más de 5.000 animales se agrega realizar un estudio de impacto ambiental.
Algunas de las prohibiciones son el suministro en la alimentación de los bovinos de harinas de carne y hueso de origen bovino u ovino, la falta de instalaciones básicas como bebederos, comederos, calles de alimentación debidamente separadas y el almacenamiento de sustancias específicamente prohibidas por el SENASA.
