El ex presidente de la república hermana de Brasil, José Sarney, calificó a Raúl Alfonsín de “abogado de la libertad” y de “ser el hombre que ayudó a cambiar la historia del continente” sudamericano.
Al igual que Ricardo Alfosnín en sus recordados discursos en cualquier contexto y lugar, el ex mandatario brasileño José Sarney, conmovió a los políticos presentes en el Salón Azul del Senado y a la multitud que se aglutinó en la Plaza de los Dos Congresos para despedir los restos del líder radical.
El brasileño Sarney, quien compartió en los ochenta la recuperación de la democracia en ambos países, no dudó en asegurar: “Vuelvo a la Argentina, el país por el cual tengo tanta admiración y cariño, pero esta vez en un momento triste en que cumplo con los deberes de Estado, pero también con los deberes de la amistad”.
Como mensajero del pueblo brasileño y del presidente actual de Brasil, Inacio Lula Da Silva, confesó estar “con el corazón herido por un amigo, por el hombre público más importante de las Américas”.
Sarney destacó “el coraje, la visión de estadista de –Raúl- Alfonsín que abrieron caminos para los cambios profundos que marcaron a la América latina”.
Sobre la finalización de la dictadura en ambos país, el ex mandatario expresó: “Teníamos la necesidad de cambiar de rumbo la historia de nuestros países. Sin la presencia de Alfonsín hubiera sido imposible la transformación que hoy existe”.
Además, Sarney resaltó “su coraje, su capacidad para enfrentar los desafíos que eran mayores” por la incipiente democracia.
“La capacidad de liderazgo y su simplicidad cautivaban”, comentó un conmovido ex mandatario de Brasil.
En una perspectiva novedosa, Sarney manifestó que el día que la reliquia de su cuerpo vuelve al suelo natal, sepultaremos al testigo de una vida ejemplar, el apóstol de la democracia, al abogado de la libertad, con sus valores morales y la honradez, al hombre que ayudó a cambiar la historia del continente; no solo sepultaremos un patrimonio de la Argentina, sino de nuestros países”.
Con estas palabras, Sarney hizo llorar a la multitud radical que alentaba con cánticos históricos que nacieron en 1983.
Al finalizar su discurso, Sarney describió a Raúl Alfonsín como “ejemplo de ciudadano, idealista que se va rodeado del respeto y el amor del cariño de sus compatriotas. Él es hoy un símbolo de la Argentina y de las Américas. Adiós Raúl.”
