El líder del Frente Renovador calificó lo sucedido como el hecho institucional “más grave en los 30 años de democracia” y sostuvo que lo que hasta ahora se ha escuchado de D’Elía y Khalil expone “negociaciones incompatibles con los roles”.
El candidato presidencial del Frente Renovador, Sergio Massa, consideró que las conversaciones conocidas entre el dirigente oficialista Luis D’Elía y Jorge Khalil exponen la existencia de delitos como “tráfico de influencias y negociaciones incompatibles con los roles”.
Massa confesó que le hacen “ruido” lo que definió como “contradicciones con lo inicial” respecto del cambio del discurso del Gobierno en torno a la muerte de Alberto Nisman.
El legislador confió por radio Mitre que ha pedido a sus compañeros de bancada que se ocupen de revisar si las escuchas constituyen un delito. Por lo pronto, dijo, ya se advierte un “tráfico de influencias”.
En ese sentido pidió “volver a ser un país serio, donde el canciller, los embajadores y el estado lleven adelante las negociaciones con cualquier país del mundo, no que salgan actores informales”.
Massa pidió el “máximo nivel de respaldo” para la jueza de la causa, Fabiana Palmaghini”, a fin de que pueda trabajar “libremente”, y reclamó también a la Corte Suprema garantiza el “normal funcionamiento y la libertad de trabajo del equipo que trabajaba con el fiscal” en la denuncia de encubrimiento contra figuras del Gobierno nacional, presidenta de la Nación incluida.
El líder del FR no tiene dudas de que “lo que sucedió es el hecho institucional más grave que se dio en los 30 años de democracia. Es un punto de inflexión, una mancha de sangre que va a costar muchísimo curar, sanar”.
Advirtió en ese sentido que “lo peor que puede pasar es que este sea un caso más en el que nunca supimos que pasó. Por eso es muy importante que pongamos lo mejor para que se sepa la verdad y que la gente sepa que puede volver a confiar en las instituciones”.
