Tras el homenaje al general Juan Domingo Perón, la Cámara baja se abocó a recordar a Arturo Humberto Illia, de quien se cumplieron esta semana 50 años de su derrocamiento. El radical Ricardo Alfonsín recordó que “Illia fue derrocado porque derogó los contratos petroleros, dictó las leyes de medicamento y de salario mínimo”, y destacó enfáticamente que el general Onganía revirtió al dar el golpe “todas esas medidas”.

Tras hacer uso de la palabra Héctor Recalde, quien recordó también la figura de Illia, lo hizo la radical del Frente Renovador Cecilia Moreau, quien reivindicó de Illia que “cayó con sus banderas y cayó con sus principios”, en lo que pudo representar una suerte de crítica hacia la UCR actual. Aseguró que Illia “reepresentó a los trabajadores con la ley del salario mínimo, vital y móvil; a los mayores con la ley de medicamentos, enfrentando a los laboratorios; a los niños y estudiantes con su política educativa que alfabetizó en las tasas más altas”.

“Siempre se puso del lago de los más vulnerables y redistribuyó la riqueza como nunca se hizo en la República Argentina”, aseguró, enfatizando luego que “como ocurre con los grandes, con el tiempo son reivindicados”, dijo, emparentándolo con Raúl Alfonsín.

“Somos integrantes de un colectivo amplio, en el cual el aporte del radicalismo es importante pero no exclusivo”, concluyó Moreau.

Alicia Ciciliani expresó a continuación que “los socialistas queremos expresar nuestro más profundo sentimiento al partido centenario, la Unión Cívica Radical”, y estimó que “el mejor homenaje que le podemos hacer a Illia es tomar las banderas por las que fue derrocado”.

Luego desde el PO Néstor Pitrola también hizo uso de la palabra, pero diferenciándose del resto al punto tal que Emilio Monzó le recordó que se trataba de un homenaje. Sucede que Pitrola recordó que “se ha desarrollado en estos días un amplio debate nacional a los 50 años del golpe de Onganía”, y habló de “una explotación intencionada” en tratar de asociar al gobierno de Mauricio Macri con el de Illia. Marcó entonces lo que definió como “notorias diferencias” entre ambos gobiernos. Sostuvo en ese sentido que el de Illia “no fue un golpe por izquierda, sino por derecha por todos los choques que tuvo con los monopolios”. Señaló que la dictadura de Onganía “acabó con el Cordobazo, con una gran rebelión popular”, y levantó las banderas del Cordobazo como “alternativa superadora de los partidos y los gobiernos que han dejado en el atraso a la República Argentina”.