Seguridad: mal presagio, mal futuro

Por Jorge Luis Vidal. El experto en gestión de la seguridad pública sostriene que la actual policía de la PBA no está en capacidad de brindar una seguridad como corresponde para prevenir delitos.

Nuestra policía hoy en el GBA pierde a las claras contra delincuentes comunes y tumberos que ni se acercan a tener características de organizaciones criminales o narco organizaciones. Es decir, nuestra policía está perdiendo contra delincuentes merenderos, como se les podría llamar. Mal presagio, mal futuro. 

Lo interesante, no por ello menos hipócrita, es observar también ahora a los intendentes caudillos del GBA acompañar a sus ciudadanos en el reclamo, haciendo alusión a los millones de pesos que integran mes a mes para mantener la policía en sus jurisdicciones. 

¿Por qué lo de hipócrita? Porque ellos son artífices del negocio horrible que se armó en la gestión del exgobernador Daniel Scioli con la creación de las policías locales. 

Cada uno de ellos quería tener su propio ejército local uniformado para hacer política territorial, y se negoció con ese gobernador la creación de esas policías faltas de capacitación, formación, faltas de articulación operativa, donde el tamiz de ingreso tenía agujeros muy grandes por el que pasaba la selección para la incorporación. 

Hoy luego de varias administraciones ministeriales desastrosas, y con un actual ministro que directamente no se ocupa de la seguridad y solo lo hace en cultivar su imagen para posterior salto a cargo de senador o futuro gobernador, la población tiene toda la razón de protestar y de tener miedo de lo que puede pasar. 

Esta policía actual no está en capacidad de brindar una seguridad como corresponde para prevenir delitos, ya que le queda grande el territorio, aunque tiene un pie de fuerza superior al requerido como ideal, pero carece de medios logísticos, formación, capacitación, y ganas de hacer como corresponde su trabajo. 

Ya esta fuerza de la provincia de Buenos Aires no tiene policías con vocación, sino que la mayoría de ellos son personas que se colocan un uniforme de trabajo para hacer de policías. 

Hoy que la seguridad le juega en contra por ineptitud y falta de resultados, los intendentes quieren dejar de aportar y tirar por la ventana el monstruo que ellos forzaron a crecer. 

La provincia no tiene más dinero para mantener a la policía por la difícil situación económica en la que se encuentra, y los intendentes no quieren seguir poniendo dinero para sostener una fuerza policial que no le suma nada a la seguridad de sus territorios, en donde la misma población reclama por la inseguridad. Lo que en su momento era negocio político, hoy es como se dice, pianta votos. 

No hay que hacer política con la seguridad, debemos hacer seriamente políticas de seguridad. 

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