Frente a la delicada situación que se está viviendo en materia educativa en la provincia de Buenos Aires y la emergencia educativa impulsada desde el Senado provincial por el senador de JxC Juan Pablo Allan, presidente de la Comisión de Educación, la senadora de ese espacio Aldana Ahumada charló con Parlamentario sobre esta problemática.

En ese sentido manifestó que “lo que aprobamos en la Cámara de Senadores bonaerense, donde JxC tiene mayoría a pesar de ser oposición, fue sumamente importante para que la educación sea considerada un servicio esencial”.

“Al poner la educación como un servicio esencial, la presencialidad tiene que estar sostenida y garantizada. Tanto tiempo sin clases el año pasado y este de forma incontinua afectó de manera elocuente a los chicos. Sabemos que lo más importante para ellos es tener una rutina, un ámbito de relacionamiento y sociabilización”, sostuvo Aldana Ahumada.

La senadora de la primera sección electoral hizo referencia a algunas de las organizaciones internacionales que arrojaron “estadísticas sobre la falta de presencialidad” y advirtió sobre el impacto que esta cuestión “está generando en los jóvenes”.

“No lo digo yo, lo dice UNICEF, en América Latina y el Caribe, el 40% de los niños que no pudieron asistir a clases mostraron signos de angustia y depresión producto del encierro y de no poder sociabilizar con sus pares”, apuntó Ahumada.

“Esto nosotros ya lo estamos viendo, es por eso tenemos que accionar rápidamente”, dijo la legisladora opositora.

Una de las grandes polémicas que centró la discusión entre el oficialismo y la oposición en cuanto a la presencialidad, fue si el ámbito escolar era un lugar donde la propagación del virus y los contagios podían ocurrir o no.

Para la senadora de JxC “está confirmado que dentro de las escuelas no hay contagios; nosotros le hemos pedido al gobernador que nos muestre la evidencia en la cual se basó para tomar la decisión de cerrar las escuelas y todavía no obtuvimos una respuesta”.

“Sabemos la importancia que la escuela tiene en aquellos chicos que están bajo la línea de la pobreza, que hoy en día en el conurbano bonaerense es de un 73%”, agregó.

– ¿Desde el bloque Juntos por el Cambio se presentaron muchos proyectos sobre la necesidad de la presencialidad?

– Todos los proyectos fueron en una dirección clara, la de reactivar el sistema educativo para que los chicos estén en las escuelas.

– ¿Hay como un complemento de proyectos?

– Podríamos decir que sí, los últimos proyectos intentan ser un complemento de lo que venimos trabajando el año pasado, cuando la cuarentena comenzó a hacerse más extensa, y notamos que había situaciones que no estaban contempladas y tratamos de buscar la manera de ver qué cosas positivas podíamos hacer.

– ¿Y qué fue lo que pasó?

– Empezamos a ver que los chicos no volvían a las clases presenciales, los adultos mayores en la cuarentena se encontraban solos, sin poder relacionarse con sus familiares. Esto comenzó a generar angustia, depresión, estrés, etcétera.

– ¿Entonces?

– Lo primero que hicimos el año pasado fue presentar un proyecto creando una línea telefónica de salud mental de rápido acceso que tenga visibilidad, publicidad y que sea de fácil acceso para que puedan llamar recibiendo ayuda y contención y en casos graves que sean derivados. Luego viene esta idea de crear un programa bienestar y salud mental de los trabajadores del sistema de salud

Después de un año y medio de pandemia en donde todo el personal de salud está trabajando a contrarreloj y han pasado por situaciones muy angustiantes, empezamos a ver que no existía ninguna alternativa desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires para poder contener esta situación. Y hablando con diferentes instituciones y viendo cómo trabajan en otras jurisdicciones, empezamos a pensar en este programa para que sea un proyecto de ley que se pueda sostener en el tiempo y que el personal de salud tenga un dispositivo de escucha para poder contener su situación emocional.

– Hablemos un poco de política…

– No hay problema.

– Las principales alianzas políticas de esta época tienen a “la unidad” como un super valor?

– En principio yo habló por Juntos por el Cambio o Juntos, tal como se denominará en adelante nuestro espacio, y lo primero que quiero resaltar es que después del 2019 hasta ahora, lo más importante como fuerza de coalición fue habernos mantenidos unidos.

– ¿Por qué?

– Primero porque creo que este es un hecho inédito en la política argentina, ya que después de haber tenido un revés en 2019, la coalición se ha mantenido unida, fortalecida y consolidada. Y esto es lo que se vio cuando María Eugenia Vidal se presentó como precandidata a diputada nacional, y se muestra como una alternativa de unidad y sobre todo de consolidación para enfrentar al kirchnerismo.

– El jefe de Gabinete, Carlos Bianco, dijo hace unos días que “Juntos por el Cambio milita el exilio y el odio al país”…

– Esto es lo que venimos viendo el último año y medio, reiteradamente le están echando la culpa al otro de la ineficiencia, la falta de planificación y la mala administración de la pandemia que están teniendo ellos. Lo más fácil es echarle la culpa al otro y no se hacen cargo de lo mal que están administrando la provincia y el país.

– ¿Lo considera una caracteristica del Gobierno?

– Es una constante la del kirchnerismo de militar “la política del odio”, que es fomentada por ellos. Los senadores de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires hemos aprobado todas las iniciativas que el gobernador, en el marco de la pandemia nos trajo al recinto.

– En algunos casos los proyectos fueron, diríamos, retocados…

– Nosotros hicimos nuestros aportes, por supuesto, para ayudar y para que el gobernador tenga todas las herramientas para afrontar la pandemia, entonces: ¿quiere decir que somos una oposición constructiva?

– ¿Además hubo proyectos propios de la oposición?

– Claro, también presentamos un montón de proyectos para ayudar a pensar y poder expresar lo que escuchamos cuando recorremos los comercios y los barrios. El Gobierno debe mirarse frente al espejo y hacer autocrítica de cómo ha gestionado todo este tiempo y dejar a la oposición hacer su trabajo democráticamente.