A 100 años de la Patagonia rebelde, se presentó un proyecto de ley que tiene como objetivo declarar la imprescriptibilidad de los delitos cometidos durante las huelgas patagónicas (1919-1922), en las que fueron fusilados 1.500 trabajadores.

Impulsora de la iniciativa, la senadora santacruceña Ana María Ianni abrió el acto que se realizó de manera presencial -y remota- en el Salón Illia de la Cámara alta.

La legisladora oficialista indicó que se trata de “empezar a visibilizar qué es esto de hablar de las huelgas obreras, patagónicas, de la Patagonia trágica” y relató su experiencia personal de encuentro con esa historia, que comenzó con su actividad como guía de turismo y siguió en su función pública.

El proyecto “busca reivindicar nuestra memoria, buscar la verdad y sobre todo que se haga justicia”, resaltó Ianni, que además abogó por que “nunca más en nuestro país, ni en el mundo, ningún trabajador tenga que dar su vida para conquistar derechos laborales”.

También detalló que la iniciativa propone la creación de una comisión bicameral investigadora en el Congreso, con la participación de especialistas.

A su turno, Andrés La Blunda Fontana, director de la Casa Provincial de Santa Cruz, consideró que “estamos ante un hecho político muy importante” porque se trató del “evento trágico más importante para la provincia y uno de los más importantes del siglo XX”.

El funcionario señaló que por años esa historia no había sido “institucionalizada”, pero destacó que la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, impulsó por decreto “la creación de las mesas de las huelgas patagónicas” para “reconstruir la memoria y el relato de una verdad silenciada y oculta”, además de declarar feriado provincial el 7 de diciembre.

Conectado de manera virtual, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel sostuvo que “es una iniciativa necesaria para la búsqueda de la verdad, la justicia, la reparación del daño hecho al pueblo argentino”. “La memoria no es quedarse para el pasado, nos ilumina el presente”, remarcó.

En ese sentido, pidió “ver qué está pasando hoy con los pueblos originarios, con las muertes, con la persecución, con el problema territorial”; y opinó que la prórroga de la Ley 26.160 “no es suficiente”. “No puede ser que cada cuatro años sigan estirando, estirando”, expresó y reclamó por “una ley de los territorios comunitarios, que es otra forma de pensar en la tierra”.

Por su parte, Esteban Bayer, hijo de Osvaldo Bayer, afirmó que la iniciativa “viene a saldar una deuda que tiene el país, la sociedad, con nuestra propia historia”, y que si su padre viviera diría “valió la pena”. “¿Qué valió la pena? Su trabajo de investigación, los años que le dedicó a desenterrar esa verdad que había quedado oculta durante medio siglo. Fue un trabajo de hormiga”, manifestó.

Y continuó: “Un trabajo que tuvo su costo político, su costo de persecución, esa investigación fue la que lo obligó a tener que irse al exilio. Sus libros fueron quemados, la película fue prohibida”.

Finalmente, cerró el acto el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, quien destacó que se trata de “recordar y reparar una de las peores masacres de nuestra historia”, que al mismo tiempo fue “una marca muy fuerte en la identidad argentina”.

“Pensar esta Patagonia trágica sin ver los problemas que enfrentamos en el presente sería un error como sociedad, como democracia pluricultural que somos”, aseveró y se refirió a “escuchar las voces de los que tienen reclamos históricos”.

Al cuestionar que durante los cuatro años del gobierno de Cambiemos “tuvimos muchos retrocesos en algunos avances que habíamos tenido en derechos humanos”, el funcionario lamentó que una ley que prohibía “la posibilidad de venta de una cantidad de tierras a extranjeros” fue “una de las primeras medidas que el expresidente (Mauricio Macri) anuló”.

“Hoy se siguen vendiendo extensiones de nuestro país, tanto que peleamos por la soberanía”, subrayó y relacionó que por “la extranjerización de tierras de personas que no son de nuestra nacionalidad” después “generan los conflictos con los pueblos originarios”.

También participó de manera remota Isabel Soto, hija del dirigente sindical español Antonio Soto, uno de los líderes de las huelgas.