En su cierre de campaña en Rosario, el presidente centró su mensaje en el Parlamento, al que volvió a acusar de “bloquear” su gestión. Reclamó más apoyo en las urnas para “romper la máquina de impedir” y avanzar con las transformaciones pendientes.
Javier Milei eligió la costanera rosarina para ponerle punto final a la campaña nacional de La Libertad Avanza y, desde allí, apuntó nuevamente al Congreso. Frente a una multitud, el presidente sostuvo que los comicios del domingo serán decisivos para “cambiarle la cara al Congreso” y conseguir la fuerza política que, según dijo, necesita para completar sus reformas.
“Hace casi dos años me comprometí a enfrentar los problemas de raíz, aunque fuera duro, y lo hice de espaldas al Congreso”, recordó Milei, quien atribuyó las dificultades de su gestión a lo que definió como “una máquina de impedir” puesta en marcha “a partir de febrero”.
Con cierto tono contradictorio, llegó a decir en un pasaje que “nos aprobaban todo porque creían que iba a salir mal”. Cuando eso no sucedió, dijo, comenzaron a ponerle obstáculos.
El mandatario afirmó que “a pesar de un Congreso destituyente que atacó todo el tiempo el programa del Gobierno”, su administración logró sostener el rumbo y llegar a las elecciones “de pie”. En esa línea, insistió en que una mayor representación legislativa permitirá “profundizar el camino del equilibrio fiscal, la estabilidad financiera y la lucha contra el narcotráfico”.
Milei calificó al Parlamento como “el corazón de la resistencia de la casta” y llamó a los votantes a darle “una nueva mayoría que respalde las ideas de la libertad”. “Ellos necesitan que nada cambie para seguir viviendo de los honestos, y no se los podemos permitir”, advirtió, mientras reivindicó a sus legisladores como “leones en el Congreso”.
El cierre tuvo el tono épico habitual. “No aflojen, sigan empujando —gritó—, porque esta vez va a tener sentido: La Libertad Avanza o Argentina retrocede”.