Tras el sorpresivo entendimiento para designar auditores y los gestos conciliadores del Presidente hacia la expresidenta, crecen las especulaciones sobre una jugada estratégica que podría redefinir el mapa de poder judicial y político en el país.
¿Está en ciernes un estridente pacto entre el presidente y líder de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, y la jefa del peronismo en el Parlamento, Cristina Fernández de Kirchner, para colocar a nuevos integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación?
Es la pregunta recurrente que retumba en las últimas horas en los mentideros políticos después del impensado acuerdo entre ambos sectores para designar a nuevos miembros en la Auditoría General de la Nación y el imprevisto deseo de Milei para que Cristina evolucione satisfactoriamente tras su operación de apéndice.
La sola posibilidad de que ese pacto fuese cierto causa escozor en todos los sectores políticos, incluso en La Libertad Avanza, partido que hizo campaña este año con el lema “kirchnerismo Nunca Más” y la prédica respecto de ponerle “el último clavo al cajón del kirchnerismo”.
La relación de la Corte Suprema con ambos líderes es fría y distante y en el caso de Cristina es peor aún, por el enfrentamiento feroz que mantuvo la dos veces presidenta con toda la estructura judicial de Comodoro Py y el máximo tribunal de la Nación.
Por eso, ambos tienen deseos de colocar cortesanos dóciles y alfiles en la Corte, para controlar los movimientos del presidente del máximo tribunal, Horacio Rosatti y el resto.
Ya desde la asunción de Milei, el 10 de diciembre de 2023, se habló de un acuerdo Milei-Cristina cuando Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia, en cuestión de minutos dejó sin efecto un cambio -impulsado y difundido a los periodistas de Casa Rosada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich- en la seguridad de la expresidenta.
Uno de los nexos vinculantes iniciales era el asesor presidencial Santiago Caputo -un todopoderoso en el comienzo de la gestión libertaria- y el senador y alfil kirchnerista Wado de Pedro, ambos viejos conocidos.
Pero últimamente la relación subterránea entre esos y otros operadores se enfrió y frizó -luego de que se cayese el pliego del juez federal para la Corte, Ariel Lijo-.
La posible entente se reflotó el jueves pasado cuando de madrugada -inesperadamente- fueron designados y se les tomó juramento a tres nuevos auditores, tras un acuerdo de La Libertad Avanza nada menos que con Máximo Kirchner, hijo de la expresidenta.
Esa foto causó escozor en el Pro, cuyo titular de la bancada, Cristian Ritondo, en plena sesión puso el grito en el cielo y anunció una presentación judicial, que efectivizó este fin de semana, para invalidar el acto, al considerarlo improcedente por no haber estado en el listado de temas de extraordinarias, ni mucho menos en el orden del día del debate.
Pero también generó escozor en el seno del oficialismo, siendo hasta ahora Cristina Fernández de Kirchner la creadora de todos los males pasados y presentes de la Argentina.
Claro que no solo en La Libertad Avanza y el Pro hay intriga y confusión: también reina en las tribunas peronistas, y hasta kirchneristas, por el inopinado y hoy confuso movimiento de ambos líderes.
“Espero que Cristina Kirchner tenga una pronta recuperación”, afirmó Milei cuando el periodista Luis Majul le preguntó por ella, en una actitud que el mileísmo atribuirá sin dudas al nuevo tono presidencial menos confrontativo desde la campaña a esta parte.