En un acto difundido por Cadena Nacional, firmó el decreto 660 que declara de interés público a la empresa expropiada y anunció la designación de quien será el gerente general de la firma.
La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, firmó en un acto celebrado en el Salón de las Mujeres de la Casa de Gobierno el decreto 660 que promulga la ley sancionada por el Congreso de la Nación este jueves.
La mandataria habló por Cadena Nacional en lo que definió como “un día muy especial, que tal vez no pensé que tener que vivir como presidenta de los argentinos”, al promulgar la ley que acaba de sancionar el Parlamento. En ese sentido, agradeció una vez más a los distintos partidos de la oposición que “acompañaron este proyecto en su esencia particular que es el de recuperar un instrumento básico”.
“Por primera vez tenemos una ley votada con una mayoría como no se había obtenido otra desde 2003”, enfatizó la mandataria, que agradeció enfáticamente “a estas fuerzas políticas, también a nuestra propia fuerza política”, porque como decía ayer nuestro presidente de bloque el diputado Agustín Rossi, ‘con aplausos o con huevazos siempre defendimos las mismas ideas’”.
También ponderó al presidente del bloque en la Cámara de Senadores, Miguel Pichetto, cuyo discurso contó haber escuchado “acostada, porque era muy tarde”, y resaltó la ponderación que hizo el rionegrino entonces de la política, valoración que consideró “muy importante”.
Recordó también cuando en la apertura de la Asamblea Legislativa se dirigió a la oposición pidiéndoles que tuvieran su propia agenda. “No lo dije desde la vanidad, sino de corazón”, dijo, reclamándoles “la voluntad de tener su propia agenda y de no ser conducidos desde otro lado que no sea sus propias convicciones”.
Al respecto leyó una nota de Paul Krugman, titulada “El camino de Argentina”, a quien resaltó como “un observador que no tiene nada que ver con nuestro país, en la que el Premio Nobel de Economía destacaba las “enseñanzas valiosas que el caso argentino tenía para los países de la Eurozona. Pero advirtió sobre la cobertura de la prensa argentina. Es que en su nota, Krugman señala que “los artículos sobre Argentina tienen un tono siempre muy negativo”. Al respecto, el economista dijo pensar que a Brasil le está yendo muy bien, pero se preguntó por qué Argentina es siempre menospreciada. “Eso no habla bien del estado actual del periodismo económico”, concluyó Cristina, quien aclaró que lo suyo no era un ataque a la prensa y recordó cuando el Congreso, a través de la ley de Quiebras evitó la extranjerización de los medios.
Pese a ello, remitió la actitud de la prensa a “la historia del escorpión y del sapo, está en su naturaleza parece”, dijo.
A continuación anunció que el ingeniero Miguel Galuccio estará al frente de YPF. “Yo les dije el 16 de abril que íbamos a tener una YPF con un perfil absolutamente profesionalizado, lo cual no quiere decir que no tenga dirección política –aclaró enfáticamente-. Porque en ninguna parte del mundo, por lo menos cuando el mundo andaba bien, las empresas estaban alineadas con los intereses de su países. Cuando se desprendieron, implosionaron esos países”.
La presidenta anticipó su deseo de contar con “una YPF alineada con los intereses del país”, a cuyo frente estará Galuccio, a quien presentó como un hombre de 44 años recién cumplidos, un hombre formado en la Argentina, ingeniero en petróleo, nacido en Paraná, con dos hijos. Que se incorporó a YPF recién recibido, cuando era conducida por José “Pepe” Estenssoro”.
“Cómo se puede criticar la emoción. Dios nos libre de gobernantes que no sean capaces de tener y sentir emociones”, dijo en otro pasaje la mandataria, que insistió en que “la idea es hacer una YPF profesional” y lograr “el autoabastecimiento que sostenga el crecimiento, el empleo y la actividad económica”.
Cristina Fernández dijo que “a partir del lunes, cuando se publique en el Boletín Oficial, en virtud de las facultades que la ley me asigna, voy a designar gerente general al ingeniero Galuccio hasta la asamblea de accionistas (el 4 de julio), todo de acuerdo a lo que establece la ley, sino también de acuerdo a lo establecido por el propio estatuto de la empresa”.
Aclaró también que no había ofrecido el cargo a otras personas, como circuló por la prensa, remarcando que “a nadie que le hubiese ofrecido eso me hubiese dicho que no”.
Enfatizó que “lo importante es la conformación de un equipo de gente joven” y resaltó que esté al frente “un ingeniero que trabajó en YPF y que para mí significa un símbolo”. Cosa que emparentó con la recuperación de numerosos científicos, “ingenieros que aman YPF, que son hombres jóvenes y que quieren realmente. Es la generación que nos sigue a la nuestra y tiene el desafío histórico de hacerse cargo de la posta”.
“No puede haber contradicción de que los intereses de una empresa pueden ser contradictorios con los del país. Cuando esto sucede, al país le va mal, y sino miremos lo que pasa en el mundo”, sostuvo la mandataria, que reclamó eficiencia, para demostrar que el Estado puede administrar eficientemente”, y remarcó que “no puede volver a suceder que YPF se fundía y las demás empresas se convertían en prósperas empresas”.
Cristina remarcó una y otra vez que “no podemos volver a esa vieja YPF, tenemos que hacer una empresa moderna y profesionalizada”, y luego tuvo un párrafo que pareció dirigido a las versiones reeleccionistas, al destacar que quiere una empresa “bajo la dirección política de alguien no tan joven como es esta presidenta, que quiere dar sus últimos servicios a todos los argentinos”.
A continuación se dirigió a los trabajadores, y mencionó el caso del intendente de Cutral Co, quien en los 90 formó parte de los piquetes pero ahora “comprendió que había un nuevo país, que se estaban logrando cosas que nunca se habían logrado. Se dio cuenta que taparse la cara era cosa de patrullas perdidas, y decidió ponerle el hombro al país y trabajar”.
“Lo que menos necesita el país son patrullas perdidas que solamente son funcionales a los intereses que siempre atentaron desde las sombras contra el conjunto de la sociedad argentina”, remarcó Cristina Fernández.
Se dirigió entonces a los trabajadores petroleros, a los que definió como “de los mejores remunerados del país”, y les pidió que “pongan también un gran esfuerzo”, por cuanto –dijo- no pueden las provincias petroleras “perder un solo segundo de extracción de petróleo por conflictos laborales”.
“Es absolutamente injusto para millones de argentinos que todavía no tienen trabajo”, dijo, dirigiéndose “a mis compañeros trabajadores”, a los que aseguró que “nadie como el gobierno de Néstor Kirchner y el de esta presidenta le ha restituido los derechos a los trabajadores que habían perdido durante décadas, nadie”.
“Les pido a todos la madurez que demostremos que el Estado puede administrar”, reiteró Cristina, para quien “es necesario que comprendan todos nuestros dirigentes que todavía faltan hacer muchas cosas. Sindicato viene de solidaridad, no de corporación, no de secta, sino de solidaridad”.
Luego aseguró que “no vamos a hacer una empresa para becas políticas”, y reclamó “unidad y sensatez, porque unidos, con sensatez y la memoria incorporada de nuestros fracasos, y nuestra inteligencia, creo que somos capaces de dar vuelta la historia como lo estamos haciendo”.
