Tras una sesión de más de 20 horas en la Cámara de Diputados, una vez concluido el temario, la reunión se levantó a las 8.55 de este miércoles y todo el mundo se olvidó de los homenajes y las cuestiones de privilegio, que habían sido pateados para el final. A esa hora, el cansancio era visible en muchos legisladores e incluso algunos manifestaron apuro por “los vuelos”.

La sesión arrancó pasado el mediodía del martes y hubo discusión en el arranque por las manifestaciones políticas que el interbloque Juntos por el Cambio quería plantear. Pero el Frente de Todos ganó una votación para que se trasladen al final de la sesión los homenajes y las cuestiones de privilegio, aunque no se salvó de los apartamientos de reglamento.

Y fue precisamente esa última figura -que además requiere de votación de los dos tercios- la que aprovechó la bancada opositora para hablar de varios temas incómodos al oficialismo. Pese al abultado temario, las críticas no se pudieron evitar: hacía casi cuatro meses que la Cámara no sesionaba y ésta fue la última sesión antes de las elecciones del 14 de noviembre, con lo que muchos tenían y querían decir cosas.

Luego de la votación de la Ley Ovina, le siguió la aprobación de transferencias de inmuebles y finalmente se pasó a votar dos convenciones contra la discriminación y el racismo. Fue en ese momento que el quórum tambaleó, e incluso el diputado Maximiliano Ferraro (CC-ARI) se mostró sorprendido y alegó que varios se hayan levantado de sus bancas por “el lobby transversal que recorrió en cada bloque mayoritario” para no ratificar esos tratados.

Con todo, ambas iniciativas pudieron aprobarse y tras ello, en un recinto semivacío, Sergio Massa dio por levantada la sesión, durante la que se votaron un conjunto de temas destacados, como la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos y la media sanción del alivio fiscal para entidades, miniPyMEs y monotributistas, entre otros.