Cara visible durante el debate del tema en Diputados, el exdiputado nacional del Pro advierte que “ahora muchos se hacen los distraídos”, pero en su momento el proyecto tuvo “consensos importantes” que se reflejaron en la falta de votos en contra. “Esta ley no vino en un plato volador”, ironiza.
Por José Di Mauro
Daniel Lipovetzky reconoce que en la práctica la Ley de Alquileres no cumplió algunos de los ambiciosos objetivos que se había propuesto, pero rechaza que haya sido un fracaso, como así también que toda la responsabilidad de los defectos deba recaer en su persona. Y en ese sentido recuerda la cantidad de votos que recibió el proyecto en la Cámara baja, donde él fue miembro informante, y la ausencia de votos en contra en ambas cámaras. “Particularizar en una sola persona demuestra un desconocimiento absoluto de cómo funciona el Congreso”, enfatiza.
Entrevistado por parlamentario.com, el hoy diputado provincial bonaerense pondera que el Congreso se proponga debatir cambios en la norma, pero aclara que el fondo del problema está en la economía, no en esa ley.
- ¿Cuáles son las razones por las que cree que fracasó la ley vigente?
- Puede que algunas partes de la ley no hayan cumplido su objetivo, pero yo no creo que haya fallado in totum. Las leyes hay que analizarlas en todo su articulado; me parece que hay algunas cosas que la ley incorpora que están bien y hay otras que no funcionaron. En este marco hay cosas que no funcionaron y que no estaban previstas en el proyecto original que yo presenté y que fueron incorporadas en el debate en las comisiones; y otras cuestiones que por supuesto tienen que ver con ciertas circunstancias que se dieron en el país en los últimos años. Y en este marco te diría que hay dos cosas que creo que fueron principalmente las que no funcionaron: una es el método de actualización, que en el proyecto que yo había presentado era semestral y en el debate se consensuó que sea anual. Y en el contexto actual donde hay una inflación altísima, ese índice refleja en definitiva esa inflación. Cuando vemos que los alquileres aumentan el 50% anual, reflejan lo que pasa con la inflación. Pero por supuesto que hacerlo de una sola vez hace que el impacto sea muy alto. Igual, mientras haya la inflación que tenemos, si fuese semestral seguiría siendo un impacto alto, dividido en dos veces.
De todas maneras lo que pasa ahora es que los inquilinos piensan que los alquileres aumentan más que su capacidad de pago, y los propietarios sienten que aumentan menos que lo que ellos quisieran... Esto tiene que ver en definitiva con que la inflación es más alta que lo que arroja el índice, porque en lo que tiene que ver con alimentos%, que es lo que la gente más consume, es mucho más que el 50, y además que los salarios han perdido frente a la inflación. Entonces, el índice nunca va a resolver este problema, más allá de que cuando se lo puso en la ley fue por un reclamo de los inquilinos, que decían unánimemente que cuando iban a firmar los contratos, las inmobiliarias y los propietarios les imponían aumentos que iban por encima de la inflación. Por lo tanto, todos los proyectos establecían índices. Hoy por hoy, con un Gobierno que no tiene plan económico y por lo tanto la inflación no va a bajar, o lamentablemente no pareciera que va a bajar, el índice no funciona y es un tema a cambiar.
El otro -y es otra de las cosas que no funcionaron- es la registración en la AFIP, porque eso debía ser acompañado por incentivos fiscales para que los propietarios se vieran motivados a registrarlos. En un contexto de altísima presión fiscal y con un gobierno que ha creado varios nuevos impuestos, eso no funciona; en su momento yo planteé -y el proyecto original lo establecía- beneficios fiscales que lamentablemente en el debate parlamentario no tuvieron consenso. La registración AFIP tiene que ir acompañada por beneficios fiscales para que haya más oferta, que es lo que está faltando hoy.
Pero yo creo que lamentablemente en el contexto de un gobierno como éste, con una economía como está hoy, ninguna ley de este tipo va a funcionar; no por las características de esta ley, sino porque hay un gobierno sin plan económico y que genera que la situación económica sea un verdadero desastre.
- ¿Qué habría que hacer para solucionar la situación planteada?
- Por supuesto que la situación planteada se soluciona mejorando la economía en primer lugar. Ninguna ley va a resolver los problemas de la economía, ni esto tampoco; no era el objetivo. En definitiva, la ley no pretendía bajar los precios de los alquileres, sino equilibrar la relación de por sí desigual entre inquilino y propietario. Pero más allá de eso, no está mal que el Congreso vuelva a debatir cambios, porque la ley entró en vigencia en un momento muy particular, donde Argentina, en plena pandemia, julio de 2020, con los alquileres suspendidos, con un mercado desvirtuado por toda esa situación, entró en vigencia en un mal momento. Luego, por supuesto, con un Gobierno, que ha hecho un desastre con la economía, este tipo de legislación no puede dar resultados efectivos. Por lo tanto, no está mal que hoy el Congreso vuelva a revisar qué cosas tiene que cambiar de la ley. Insisto, las dos principales son las que mencioné: que haya incentivos fiscales para incentivar la oferta y cambiar la manera de actualizar los contratos de alquiler.
- ¿Habría que reformar la ley vigente, o hacer directamente una nueva?
- Mirá, yo creo que hay un montón de cuestiones en la ley que son buenas. Tienen que ver con el domicilio electrónico; la posibilidad de la rescisión anticipada por parte del inquilino; lo que tiene que ver con los gastos extraordinarios; la posibilidad de ampliar los instrumentos cuando se puedan garantizar los contratos de alquiler… Hay un montón de cuestiones que están bien en la ley. Por lo tanto lo que hay que hacer es cambiar las cosas que están mal. Pero bueno, por supuesto que el Congreso tiene facultades para debatir lo que considere. Sí creo que hay que hacer lo mismo que hicimos nosotros: un debate amplio, donde escuchemos a las partes, y buscar un consenso; esta ley no vino en un plato volador, se originó en un debate donde participaron representantes de las inmobiliarias, los propietarios, los inquilinos, y todos el día que se dictaminó el proyecto en la Comisión de Legislación General, apoyaron la aprobación de la ley. Ahora muchos se hacen los distraídos, pero la realidad es que la ley cuando se aprobó tuvo consensos importantes y por eso no hubo votos en contra, ni en Diputados, ni en el Senado.
- ¿A qué atribuye los errores que se le endilgan a esta norma?
- Algunos son válidos... Las leyes solamente ven su resultado efectivo cuando se aplican; mientras son proyectos y hasta que no entran en vigencia, no se puede ver sus resultados. Yo creo que hay partes de la norma que en el contexto de la Argentina actual no funcionaron, y por lo tanto hay que cambiarlos, pero no coincido con que se diga que toda la ley es mala. ¿Y por qué se endilgan estos errores? Es por estas situaciones y porque seguramente es gente que ha sido afectada por la ley. Es válido que cada sector pueda tener su opinión, pero también hay que hacerse cargo de que cuando la ley se aprobó, todos los sectores de alguna manera acompañaron. Porque la ley recoge muchos reclamos de esos sectores también. Como por ejemplo de las inmobiliarias, que reclamaban que les preocupaban sus incumbencias profesionales por intervenir un tercero en un contrato, para que sea un corredor inmobiliario, y así fue puesto en la ley. Hoy la ley establece en un artículo que cuando hay un tercero en un contrato, tiene que ser un corredor inmobiliario, o un martillero. Bueno, esto fue pedido por las inmobiliarias, justamente era lo que más les preocupaba.
- ¿Cree que es injusto que se le endilgue la responsabilidad de los supuestos perjuicios que ocasiona esta ley?
- Yo creo que más que injusto, no tiene que ver con la realidad... La verdad que atribuir que los alquileres aumentan por culpa de la ley es falso. Los alquileres aumentan por la inflación; después la ley podrá tener errores, pero los alquileres aumentan por culpa de la inflación y por culpa de la situación económica. De ahí que los propietarios se quejan de que perciben menos de lo que deberían percibir; y los inquilinos se quejan de que los alquileres aumentan. En realidad el problema es la economía, no la ley.
Respecto a la responsabilidad de cada uno, yo soy autor del proyecto original, que se originó en una mesa de trabajo de todo el Gobierno de Mauricio Macri, donde intervenía la Secretaría de Vivienda, la AFIP, la gente de Comercio, por lo tanto hay todo un trabajo previo de nuestro gobierno. Y después, en el debate parlamentario, todos acompañaron. Algunos tenían alguna diferencia con ciertos artículos, pero todos coincidieron en que fuera ley, por lo tanto los que conocen cómo funciona el Congreso -y ni hablar un medio como Parlamentario, que tiene una enorme experiencia- saben que ninguna ley en el Congreso se aprueba por voluntad de un solo legislador: necesita de consensos y decisión política de muchos; en este caso hubo 191 diputados que votaron a favor y ningún diputado votó en contra; y en el Senado tampoco tuvo votos en contra. Por lo tanto, me parece que particularizar en una sola persona demuestra un desconocimiento absoluto de cómo funciona el Congreso de la Nación.