La iniciativa del Gobierno, que incentiva el uso de “los dólares del colchón” obtuvo 43 votos a favor y 26 en contra.
Los senadores del oficialismo festejaron al final de la sesión no solo la aprobación de Inocencia Fiscal, sino el buen final del año para La Libertad Avanza con su nueva conformación. (Foto: Comunicación Senado)
Votaron en contra votaron los miembros del interbloque que conduce José Mayans, donde faltaron el catamarqueño Guillermo Andrada, el sanjuanino Sergio Uñac. Tampoco estuvo presente a la hora de votar la cordobesa Alejandra Vigo.

Abrió el debate como miembro informante y en carácter de presidente de la Comisión de Justicia, el senador libertario Juan Carlos Pagotto, quien señaló que esta modificación al Régimen Penal Tributario o mal llamado Inocencia Fiscal “no pretende ser una ley ad eternum, por el contrario, se tratará cuando se debata el Código Penal, pero no podemos seguir teniendo como condición objetiva de punibilidad un mínimo de un millón y medio de pesos”.
“Es una cuestión que la inflación nos provocó un desbarajuste que nos lleva a un sistema anacrónico de asimetrías que destruye la economía y deja desactualizados los umbrales poniendo como clientes del sistema Penal Tributario a casi todos los contribuyentes, por eso esta ley viene a poner un costo también a algunas facultades omnímodas que tenía AFIP y ARCA cuando habla de la declaración jurada y lo que el órgano recaudador presume que está mal”, manifestó.
El riojano destacó que “se dejan reglas claras” porque “se trata de traer un régimen simplificado de declaraciones porque hay que facilitarle la vida al contribuyente como todos los países del mundo porque el exceso de requisitos conspira en contra del desarrollo de las actividades”.
“También trae normas concretas sobre el procedimiento porque si no se rige por resoluciones generales que son leyes muy impropias que están en el último escalón del sistema normativo. Por eso esta ley es necesaria y, a partir de la sanción de esta ley, no se va a suponer la culpabilidad del contribuyente sino la inocencia”, explicó Pagotto y resaltó que esta ley “es una medida que beneficia a todos los contribuyentes sin distinción de bandera política”.
El libertario sostuvo que “de manera urgente necesita una revisión la Ley 11.683 de Aplicación y Percepción de Impuestos de contenido inquisitivo y es contraria en muchas normas a lo que marca la Constitución. Nos debemos una reforma del sistema impositivo en su totalidad porque estamos aplicando casos y llevando al sistema penal como panacea universal lo que debiera resolverse con otro tipo de medidas”.
“Esta ley de inocencia fiscal me aterra que en el país discutamos el principio de inocencia y muestra cuán bajo hemos caído en cuanto a la imposición autoritaria de normas”, criticó y aclaró que no es patrimonio de un solo Gobierno, pero planteó que “debemos reformar esto”. Pagotto se refirió a la actualización de los montos que plantea el proyecto para evitar que los desfasajes monetarios “haga que las normas se desactualicen”.
Al cierre, Pagotto aclaró que “no es una ley que vaya a solucionar de la noche a la mañana los problemas de recaudación ni de relación del ciudadano con el fisco, pero si viene a poner claridad en cuanto a cómo debe actuarse. Esta ley viene a regular y actualizar las pautas penales tributaria que tiene la Ley 11.683 y algunas aledañas y que, sin embargo, nunca habían sido tratadas”.
A continuación, el senador Martín Soria contradijo a Pagotto al asegurar que “esta inocencia fiscal en realidad hace alusión a que faltan dos días para el Día de los Inocentes. De inocencia fiscal tiene poco y nada. Desde el bloque Justicialista, en el estado actual este proyecto no puede ser aprobado ni sancionado”.
Consideró “peligrosos” algunos artículos del proyecto que consideró un “mamarracho”, a tal punto que “el propio ministro de Economía de Milei, Toto Caputo, la semana pasada salió a aclarar en sus redes sociales que había inconsistencias en el texto aprobado en Diputados y que por eso se iba a tratar de enderezar con la reglamentación correspondiente”.
“Lo que salió de Diputados es un mamarracho, porque el proyecto del Ejecutivo da vergüenza ajena”, agregó Soria, que se preguntó “¿para qué estamos nosotros entonces? Somos nosotros la Cámara revisora, la que tenemos la responsabilidad de corregir lo que viene de Diputados si hay algo mal, no es el Poder Ejecutivo”.
A su turno, el radical Maximiliano Abad sostuvo que “la estabilidad no es sólo macroeconómica, también es institucional”, y afirmó que un sistema tributario basado en la desconfianza “debilita la legitimidad del Estado y desalienta la inversión”. Por el contrario, plateó que “un sistema tributario previsible y razonable es un sistema que reduce litigios, mejora los cumplimientos y fortalece la legitimidad del Estado”.
En ese sentido, valoró el cambio de paradigma que impulsa el Poder Ejecutivo al pasar “de la sospecha permanente a la inocencia fiscal”, y remarcó que “los contribuyentes que cumplen no pueden vivir bajo amenaza constante, mientras que el Estado debe concentrar sus recursos en perseguir a los evasores reales”.
Abad celebró la simplificación de las declaraciones juradas, pero advirtió que la actualización de las multas del Régimen Penal Tributario “no contempla la realidad de los pequeños contribuyentes”, lo que puede generar “sanciones desproporcionadas para emprendedores y comercios de barrio”.
Brevemente, el presidente del bloque peronista de Convicción Federal, Fernando Salino, propuso cambios en la redacción del proyecto de ley de Inocencia Fiscal y, en línea con la moción del senador entrerriano Adán Bahl -que había propuesto una moción de orden para que el dictamen volviera a comisiones, pero que no prosperó-, expresó: “¿Cuál es el sentido de apurarse? Estamos absolutamente a tiempo de arreglar esta ley. No se puede reglamentar en contra de la ley, se reglamenta explicándola”. Finalmente, el miembro informante del oficialismo no dio lugar a la incorporación.
“Si no cuidamos a las pymes que generan empleo y desarrollo, estamos yendo en la dirección equivocada”, afirmó. Finalmente, destacó su predisposición a seguir trabajando en una reforma integral del sistema tributario “que brinde previsibilidad, simplifique trámites y alivie la carga impositiva sobre el sector productivo”.
Cerró el debate la presidenta del bloque oficialista, Patricia Bullrich, sostuvo que “no estamos hablando de reformas menores, de justicia, de libertad y de poner al ciudadano por encima del Estado”.
Durante décadas, continuó, “fuimos perseguidos por nuestros propios gobiernos y todos estábamos en riesgo. Por defecto, éramos considerados culpables. Los pequeños y grandes contribuyentes vivieron con miedo; los tribunales se llenaron de gente honesta, mientras los verdaderos corruptos no sufrían las consecuencias. Con esta ley eso se termina”.
Bullrich aseguró que “perseguimos a los que no hacen las cosas de manera correcta”, y que “esta ley termina con el abuso del ‘pague y después reclame’. Esto va a proteger y por supuesto que hay una lógica que no tiene nada que ver con una ley recaudatoria. Acá lo que se permite es que las personas puedan utilizar su dinero sin tener una espada de Damocles sobre su cabeza”.
“Queremos un fisco que acompañe y que no sea castigador”, señaló sobre el final, para garantizar también que “esta ley sigue persiguiendo a los grandes evasores y quienes corrompen el sistema”. Finalizó expresando que “con esto vamos a lograr decir basta a la persecución a los contribuyentes, que los tribunales no estén rebasados de gente honesta y con esto la libertad se vuelve normas, y para nosotros es bien importante”.