La derrota por la Ley de Emergencia en Discapacidad expuso la cada vez más amplia soledad parlamentaria de Milei y abrió un frente de conflicto con sus aliados “dialoguistas”. El escándalo por los agravios del influencer libertario “Gordo Dan” contra Luis Juez terminó de complicar un cierre de semana marcado por señales de aislamiento y tensiones preelectorales.
Fue la crónica de una muerte anunciada. El veto presidencial firmado para frenar la Ley de Emergencia en Discapacidad siempre tuvo el destino marcado. Votado con amplias mayorías en las dos cámaras, nada hacía prever lo contrario de lo que terminó pasando el miércoles a media tarde en el Senado, donde el oficialismo cumple a rajatabla la ley que todos los manuales de política parlamentaria expresan que no debe suceder: ningún gobierno debe perder votaciones en el recinto.
Y menos aún, acostumbrarse a perder.
Una regla que alcanza incluso al Gobierno de minoría más extrema en la historia democrática argentina. ¿No puede evitarlo? Lo hizo a lo largo del primer año de gestión, con la colaboración de los bloques que a partir de entonces recibieron el nombre de “dialoguistas”, que aceptaron de buena gana. Pero esos mismos bloques se fueron alejando. Aunque como el que avisa no traiciona, lo anticiparon con antelación suficiente; incluso el Pro, que de todas maneras siguió sumándole al oficialismo en la mayoría de los temas, incluso a pesar del insólito destrato que se le prodigó.
Los bloques del medio, que le garantizaron a La Libertad Avanza nada menos que la Ley de Bases y la protección del mega DNU 70/23 -que les debería haber garantizado la eterna gratitud presidencial, mas consiguieron a cambio que se los llamara “degenerados fiscales”, o simplemente “ratas”-, avisaron con tiempo que, aprobadas las leyes de gobernabilidad, buscarían atender su propia agenda. En su gran mayoría son legisladores que pertenecieron a lo que fue Juntos por el Cambio y tuvieron esa actitud atendiendo lo que consideraban les exigía su electorado, el que fue parte del 56% del balotaje.
Previsiblemente los dialoguistas le dieron la espalda al Gobierno en la votación de la Ley de Emergencia en Discapacidad. Votaron contra el veto los senadores del Pro y también los radicales, incluso los que tienen acuerdos electorales para octubre, como los mendocinos y el del Chaco, Víctor Zimmermann. También votaron en contra los provinciales, incluso los misioneros -casi incondicionales para el oficialismo, aun en casos como ficha limpia, que a esta altura nadie duda de que no hayan tenido el guiño del Gobierno-.
Solo votaron para sostener el veto los libertarios -no todos, pues la jujeña Vilma Bedia se retiró para no votar-, el nuevamente oficialista Francisco Paoltroni y la senadora bullrichista Carmen Álvarez Rivero, quien ha aceptado el papel de aliada incondicional del Gobierno y voluntaria vocera de sus ideas. De hecho, esta senadora que forma parte del bloque Pro fue la única voz que se elevó el jueves en defensa del veto, dado que nadie del bloque LLA lo hizo. El jefe de ese bloque, Ezequiel Atauche, que estaba anotado para cerrar el debate, se bajó.
Era una ley muy sensible, que demandaba un cuero muy duro para pronunciarse en contra. Como lo hizo otro cordobés, Luis Juez, que ya había intervenido con un emotivo discurso en la sesión que aprobó la ley. Esta vez no iba a hablar, pero lo hizo brevemente antes de votar. Se granjeó un deplorable posteo en la red social X del incalificable Daniel Parisini, un influencer y militante libertario conocido como “Gordo Dan”, que habita en las redes sociales como guardián de las ideas libertarias. Fue una agresión verbal de extrema violencia política y personal, tan grave que el jefe de Gabinete Guillermo Francos debió salir prestamente a tratar de acotar daños: por el canal TN avisó que ya se había comunicado con el senador Juez para pedirle disculpas, y desautorizó al militante libertario, quien ya había eliminado el tuit, aunque más tarde redobló la apuesta publicando otro mensaje con el mismo contenido, apenas suavizando el tono, pero igual de repudiable.
Si bien no cuenta con cargo oficial, Gordo Dan no es cualquier militante. Su influencia es tal que ha llegado a echar a miembros del gabinete nacional. De manera informal, pero efectiva. Dan cuenta de ello el ex secretario de Bioeconomía Fernando Vilella y el exsubsecretario de Deportes Julio Garro, eyectados tras tuits condenatorios del Gordo Dan.
El posteo del Gordo Dan que luego eliminó, aunque volvió a postear un mensaje similar.
Conductor del programa “La Misa”, del que el presidente se ha confesado fiel oyente, en el canal libertario Carajo, Parisini es asiduo anfitrión de Javier Milei, quien ha estado al aire allí más de seis horas, en busca del récord Guiness. Y lo que es más, lo ha reivindicado incluso cuando la polémica por el lanzamiento de Las Fuerzas del Cielo, agrupación que conduce el propio Parisini, que las definió como “el brazo armado de Javier Milei”. Entonces el presidente lo defendió, criticando “la miserabilidad de los medios, que agarraron la frase, la cortaron, quitaron lo último, que era la referencia explícita al celular y empezaron a hablar del brazo armado, y empezaron a compararnos con los hijos de remil puta que durante fines de la 60, inicios de los 70, mataban gente”.
Está claro que el mandatario se siente a gusto con el lenguaje que usa su controvertido adherente, al que no desautorizó ahora ni siquiera en las redes por su diatriba cloacal contra “su amigo” Juez. Como dijo el propio senador cordobés, “si así cuidan a los aliados”…
La votación de la reforma de la reglamentación de los DNU dejó señales aun peores para el Gobierno, pues no podían esperar demasiado respaldo con el veto a una ley de tales características, pero debió haberles ido mejor con la que se debatió a continuación. Solo contaron con el respaldo de los libertarios y la infaltable Carmen Álvarez Rivero. La derrota para el Gobierno fue 56 a 8. De los “dialoguistas”, todos le votaron en contra al Gobierno, salvo los dos radicales mendocinos, el radical chaqueño y la cada vez más cercana al Gobierno Carolina Losada, que se ausentaron a la hora de votar. Las abstenciones fueron de los dos misioneros que responden a Carlos Rovira.
El resto del temario de ese jueves en el Senado era inocuo para el Gobierno, pero fue postergado para una próxima sesión, ya que esta se levantó tras un breve cuarto intermedio. Se venía el partido de la Selección y varios tenían entradas para el Monumental. Seguramente habladurías…
La sanción de la modificación del reglamento de los DNU. (Foto Comunicación Senado)
Estos resultados presagian que la hostilidad parlamentaria continuará al menos hasta el recambio legislativo, del que como ya hemos dicho no emergerá un oficialismo mayoritario. Lejos de ello, seguirán faltándole medio centenar de diputados y más de una veintena de senadores, con lo cual es imprescindible que el oficialismo forje alianzas con sectores de la oposición dispuestos a colaborar. Deberá reinventarse a partir del 10 de diciembre.
A menos que, con la excusa de seguir lejos de contar con los números necesarios para manejar el recinto, prescinda del Congreso -como lo ha hecho ya a lo largo de casi todo este año- y se dedique a gobernar por decreto y a puro veto. Para esto último sí contará al menos con un tercio en Diputados con el que podrá blindar sus vetos.
Más allá del impacto que pueda tener un triunfo electoral libertario en octubre, la oposición no le dejará pasar tal objetivo. Mucho menos si, por tercera vez consecutiva, Milei se propone gobernar sin presupuesto. En menos de diez días podría comenzar a develarse ese misterio, cuando por ley Economía debe mandar el proyecto al Congreso. Hay inquietud en la oposición -sobre todo en los más cercanos al Gobierno- por las versiones que indican que el Palacio de Hacienda se propone desairar nuevamente al Parlamento, sobre todo para evitar transparentar en el texto una eventual devaluación post elecciones, o bien tener que omitir anticipar lo que inexorablemente debería hacer después de octubre.
Como sea, una parte del misterio electoral comenzará a develarse este domingo en la provincia de Buenos Aires, donde por primera vez desde el 83 se han desdoblado los comicios. El Gobierno no llegó a estas instancias como esperaba, pues en la recta final preelectoral perdió la agenda, que fue dominada por el escándalo de los audios de las supuestas coimas. Ni qué decir del efecto de la ley sobre los discapacitados y el condenable posteo del Gordo Dan… En lo más alto del poder se espera que el desencanto emergente de estos sucesos tenga su correlato en un abstencionismo mayor que el que a priori se esperaba. Admiten que las encuestas anticipan que La Libertad Avanza no es favorita este domingo y que aun en una sección importante donde esperaban ganar se les podría complicar.
Para compensar aclaran que las elecciones que realmente les interesan son las de octubre y que si no les va bien este domingo, lo revertirán el 26/10, por el efecto anti K que generaría un resultado adverso.
En la antesala de este domingo electoral, en el Gobierno no descartan un triunfo que borre todos los malos presagios, pero en caso contrario sostienen que hasta una derrota por 5 puntos sería tan manejable como revertible. Empresarios consultados por este medio aclararon que cualquier eventual derrota -por el número que sea- tendrá su peso inexorable en los mercados el día después.