El Congreso que viene se define este domingo
Dependerá de quién vaya a resultar vencedor en el balotaje y la repercusión directa sobre la que todavía se erige como principal oposición.

Por José Angel Di Mauro
Si bien el nuevo Congreso quedó definido a partir del resultado de las elecciones generales, curiosamente la verdadera conformación de sus bancadas quedará resuelta según lo que suceda este domingo. Como en la película Match Point, la pelota picó en la red y según caiga de un lado o del otro las cosas serán diametralmente distintas.
Es lógico, se definirá un nuevo presidente. Pero según cuál sea de los dos, se verá su repercusión inmediata en el Congreso de la Nación.
No será como fue en el único antecedente que presenta nuestro país en materia de balotaje. Aquella vez, el 22 de noviembre de 2015, se impuso “el cambio”, y llegó al gobierno una administración nueva con un dato no menor anexo: el de Mauricio Macri sería el primer gobierno en minoría en ambas cámaras en cien años. La conformación de ambas cámaras ya se conocía desde el 25 de octubre de 2015, nada hacía prever que fuera a modificarse allí a partir del resultado de la segunda vuelta. Cambiemos tendría 87 diputados y ni siquiera era sería en la Cámara baja primera minoría, pues al jurar Macri el 10 de diciembre, esa condición le correspondía al Frente para la Victoria, con 97 diputados. En el Senado era peor para el Gobierno entrante: 15 miembros tenía apenas Cambiemos, contra 39 del PJ-FpV.
¿Cómo se las arregló ese nuevo oficialismo con semejante cuadro en la Cámara alta? Contó allí con la disposición de Miguel Angel Pichetto, que sin imaginar por entonces que algún día se integraría a Cambiemos, justificaría la actitud que adoptó de la siguiente manera: un gobierno en minoría en las dos cámaras representaba “un caso muy excepcional y muy complejo”, con un escenario muy difícil, por cuanto en el Congreso operaban sectores que no tenían nada para perder. Al contrario: “Querían generar conflicto con el gobierno y votaban todo en contra”, reconoció Pichetto en el libro Gobernar en Minoría (2019, Ediciones Corregidor). Ante ello, advirtió que “si todo el peronismo hubiera optado por ese camino, hubiéramos conformado un gobierno de bloqueo. El gobierno de bloqueo, de fractura, es una política al borde del sistema, o casi tratando de que el gobierno se vaya por la crisis y no darle ningún instrumento”.
En Diputados, durante ese verano el bloque FpV se partió: 17 diputados que respondían a sus gobernadores se apartaron, conformando el bloque Justicialista, con lo que Cambiemos pasó a ser primera minoría en esa Cámara -clave para el reparto en las comisiones-, y consensuando con esa bancada y el Frente Renovador de Sergio Massa pudo manejarse allí sin mayores sobresaltos -que igual los tuvo-.
Peor situación enfrentaría Javier Milei como presidente en un Congreso donde contará con 38 diputados propios, menos de la mitad de diputados que tenía Macri al llegar al poder; y con 7 senadores, menos de la mitad también que los que tenía Cambiemos en 2015. Con un Frente de Todos -que pasará a llamarse Unión por la Patria- también en minoría en esa Cámara, con 33 miembros. Un número alto -no tanto para el peronismo, que en el Senado solía ser mayoría-, para el caso de que siga siendo oficialismo, ya veremos porqué.
El Senado que viene
Siendo oposición, nada garantiza que la división formal decretada en su momento -al solo efecto de ganar un lugar más en el Consejo de la Magistratura- no vaya a formalizarse en la realidad, tal vez con matices. Existe además un bloque de 5 senadores que se reducirá a 3 a partir del 10 de diciembre, Unidad Federal. Allí estarán la cordobesa Alejandra Vigo, el entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Carlos “Camau” Espínola. En un eventual pase a la oposición, no habría que descartar que esa bancada vaya a convertirse en un portaviones donde puedan aterrizar senadores que hoy conforman el interbloque que conduce José Mayans y busquen desmarcarse del kirchnerismo. O que el kirchnerismo, con en 2015 cuando formó Unidad Ciudadana, vaya a abrirse camino por las suyas. Ese bloque ya existe hoy y tiene 11 integrantes.
En esa Cámara, La Libertad Avanza contará en caso de llegar al poder con una escisión de Juntos por el Cambio, más específicamente provenientes del bloque Pro. De los cuales al menos 5 se incorporarían a lo que será el interbloque con el mileísmo. Probablemente Carmen Alvarez Rivero, Alfredo De Angeli, Martín Göerling, María Victoria Huala y Juan Carlos Romero.Tal vez también Andrea Marcela Cristina, la reemplazante de Nacho Torres, gobernador electo de Chubut. Luis Juez ya dejó claro que ante el panorama existente, este domingo “optará” por Javier Milei. Habrá que ver si votarlo es un adelanto de que vaya a apoyarlo en el Senado.
Estaríamos hablando en definitiva de un interbloque de una docena de senadores, o poco más que eso.
Si ganara en cambio Sergio Massa, el actual oficialismo la tendría bastante resuelta en el Senado, pues a esos 33 que mencionamos como miembros plenos del interbloque oficialista, habría que sumar a los dos misioneros, aliados permanentes del actual oficialismo; y a Mónica Silva, quien reemplazará al gobernador electo por Río Negro Alberto Weretilneck, que no solo vota a Massa, sino que ha apoyado en general al actual oficialismo. Con ellos tendría 36, y tendría que negociar con Kueider y Espínola, que habrá que ver si en ese caso siguen en el bloque Unidad Federal (se han expresado enfáticamente en favor de Massa en estas elecciones), y los dos santacruceños que formarán el bloque Por Santa Cruz.
Será seguramente ley por ley, pero si todos los citados apoyaran, sumarían 40.
El panorama en Diputados
En la Cámara baja, UP será primera minoría, pase lo que pase. A menos que una derrota genere un cisma que no puede llegar a descartarse. Pero como oficialismo, les estarían faltando en principio 24 diputados para llegar al quórum. A priori, debería buscarlos en los bloques del medio, pero con eso no alcanza.
Allí están los 8 del interbloque Federal, que seguramente mantendrán esa conformación, con 5 cordobeses, 2 socialistas y Florencio Randazzo. También los misioneros y rionegrinos de Provincias Unidas, donde se poblaron de integrantes del Frente de la Concordia (4) y solo uno de Juntos Somos Río Negro. Luego tenemos el monobloque del MPN y 2 santacruceños. Total: 16 diputados, a los que para el quórum podrían sumarse los 5 de la izquierda, que depende el tema pueden aportar para arrancar la sesión (no siempre). Hasta ahí contarían con 21 diputados, de los 24 que necesitaría el oficialismo.
Deberán explorar dentro de lo que vaya a surgir de Juntos por el Cambio, y también muy especialmente en los nuevos de La Libertad Avanza. Porque una cosa es que los diputados que llegan con Milei vayan a ser gobierno, y otra muy distinta que estén en el llano. En ese caso, ser oficialista es siempre tentador y por lo pronto ya hay un diputado de ese espacio, Pablo Ansaloni, que anticipó sus serias diferencias con LLA y el acuerdo que estableció con el macrismo. Ansaloni es del partido FE, y en ese caso podría sumársele la rionegrina Lorena Villaverde, también de FE, llegada al Congreso con el combo libertario.
Si en cambio le correspondiera a La Libertad Avanza ser oficialismo, podría suponerse que esas diferencias internas ya esbozadas se apaciguarían, al menos por los primeros tiempos. Sobre todo hasta que se repartan cargos y comisiones.
Metida de lleno en la campaña de su otrora rival, Patricia Bullrich anunció que en caso de ganar Milei, “vamos a ir a una convergencia”. Y si bien aclaró que la misma “todavía no tiene forma” porque aún no se ha hablado, se sabe que al menos ya tiene nombre: La Libertad del Cambio (LLC). Ese posible interbloque contaría con los 38 libertarios, más el grueso del Pro, especulándose con que la mayoría de los 43 diputados de ese espacio vayan a sumarse. Estaríamos hablando en ese caso de una fuerza de entre 75 y 80 diputados. Entre 2 y 6 diputados más de los otros bloques pequeños que integran actualmente JxC podrían sumarse a esa bancada que, como se ve, apenas llegaría a arañar el número que supo tener Cambiemos en su llegada al poder. Con esa cantidad se las tendría que arreglar para avanzar con las leyes.
El destino de JxC
Las posibilidades de sobrevida de Juntos por el Cambio están atadas a lo que suceda este domingo. Más específicamente a que gane Massa, en cuyo caso una parte de lo que hoy sigue siendo “la principal oposición” no se sume a un gobierno de Milei.
Si sucediera que UP se mantiene en el poder, habrá que estar atentos a los caminos que emprendan los miembros del espacio opositor. Si bien el jefe del bloque Pro, Cristian Ritondo, ha sido enfático en aclarar que ellos no se fueron, ni se irán de JxC, y que apoyarán a La Libertad Avanza en las cosas que crean que son buenas, lo sucedido el fin de semana anterior en las redes sociales, con el incendiario intercambio de tuits entre Mauricio Macri y Gerardo Morales deja poco espacio para una recomposición de las relaciones entre el Pro y la UCR. Teniendo en cuenta que estamos hablando del principal referente de uno de esos partidos y del presidente del otro, más allá de que este último vaya a dejar el cargo a fin de año.
Así y todo, tampoco una eventual derrota de Javier Milei dejaría bien parados a Macri y Bullrich, cuya estrategia se habría probado en ese caso para algunos como errada, pues habría hecho compartir al Pro esa eventual derrota. El pase de facturas estará a la orden del día.
De todos modos, para el caso de que el presidente vaya a ser Sergio Massa, la actual principal oposición tiene más expectativas de seguir como tal, seguramente con otro nombre, más allá de la posibilidad latente de que algunos de sus miembros vayan a encolumnarse junto a LLA en el armado de una fuerza nueva y de derecha. En la actualidad tendría entre 92 y 93 miembros, según se considere o no dentro de JxC al salteño Carlos Zapata, quien ya adelantó la intención de formar un interbloque propio con dos comprovincianos votados en octubre en las listas libertarias.
Esos caminos comenzarán a resolverse a partir del domingo y el resultado definitivo… para los próximos cuatro años a nivel presidencial, y para lo que vaya a suceder con la que hasta no hace mucho tiempo era la alternativa segura de poder.