Envuelto en denuncias y contradicciones permanentes, el principal postulante de La Libertad Avanza en la provincia se convirtió en un problema para Milei, que lo sostiene pese a las presiones internas y externas. Las tensiones con el Pro, el impacto en los mercados y el desgaste político se acumulan a tres semanas de las elecciones.
La imagen de la quinta presidencial de Olivos en la televisión es símbolo inexorable de crisis. La visión del emblemático portón verde del lugar donde mora el presidente de turno genera inquietud cuando se la muestra un rato largo. Nunca es preludio de algo bueno. En general, recuerda largas guardias periodísticas de equipos económicos buscando alternativas para salir de la crisis de turno. Debieran saberlo los calificados estrategas de comunicación que secundan al presidente Javier Milei.
Estarán trabajando a reglamento, porque si no hubieran actuado para evitar que el viernes fuera esa la imagen transmitida cual cadena nacional, en el prime time al que el mandatario más disruptivo de la historia argentina tanto tiene en cuenta.
En el interior de residencia estaba el diputado José Luis Espert, que había acudido allí no se sabe si convocado, o dispuesto a renunciar a la candidatura principal del oficialismo para las elecciones del 26 de octubre. Si querían sortear las sensaciones citadas, debieron evitar que eso sucediera el último viernes.
Ya la noche anterior había trascendido temprano que el candidato libertario difundiría en sus redes un video, ya no de renuncia, pero al menos aclaratorio del berenjenal en el que se encuentra y ha arrastrado con él a toda la campaña oficialista. La expectativa fue creciendo conforme pasaban las horas, primero en modo “renuncia”, y después en modo “aclaración”. Cuando parecía que no sería ni lo uno, ni lo otro, apareció el video de seis minutos en el que Espert intentó sin éxito aclarar la percepción de 200.000 dólares que tanto habían dado que hablar en las últimas horas. No lo consiguió; más bien lo contrario.
El día anterior Patricia Bullrich había tomado distancia del “Profe Espert”, exigiendo explicaciones, lo que le valió un reproche del susodicho. Como la ministra recibió algún reproche desde La Libertad Avanza, salió más tarde a “aclarar” sus expresiones, morigerándolas. Pero cuando el diputado volvió a hacer agua por la noche en el piso de A24 -resistiéndose una decena de veces a responder sobre los 200.000 dólares-, el enojo en el partido violeta fue tal que habilitaron a la ministra de Seguridad a decir lo que quisiera, y volvió a “atenderlo”. Lo hizo con gusto: memoriosa, la excandidata presidencial tiene apuntados a aquellos que no jugaron con ella en la sangrienta interna de Juntos por el Cambio, y Espert lo hizo con Rodríguez Larreta.
Además ella considera que debe sostener la campaña en el distrito donde el oficialismo espera hacer la mayor diferencia el 26 de octubre, de ahí que deba tomar distancia de quien compromete su principal activo: la lucha contra el narco.
A tres semanas de los comicios, el principal candidato en la Provincia se baja de la mayoría de las actividades de campaña y es mancha venenosa para el resto. En el acto de campaña que encabezaron Milei y Bullrich en el penal de Ezeiza para presentar el Plan de Tolerancia Cero con el crimen, a Espert lo invisibilizaron en la tercera fila.
Uno de los arquitectos principales de la alianza LLA-Pro en el principal distrito argentino, Cristian Ritondo, expresó con pragmatismo que “así no se puede hacer campaña”. Dicho sea de paso, a partir de los reanudados contactos entre Milei y Mauricio Macri, Ritondo suena fuerte para suceder precisamente a Bullrich. Sería una movida redituable para ambas partes: el Gobierno lo sacaría de la Cámara baja con un cargo que al diputado seduce, y así le quitaría presión a Martín Menem pues siempre Ritondo aparece como eventual recambio; y a Macri le daría la posibilidad de elegir un presidente de bloque menos comprometido con los violetas.
Milei, que hasta ahora ha sido el único que una y otra vez ha defendido a su amigo Espert, lo instó a seguir el viernes. Así fue que, pasadas las 22, Espert confirmó que seguía al responder a un posteo en X del periodista Eduardo Feinmann, que anticipaba su renuncia. Un rato antes había mostrado en su programa un video de 2019 del diputado tomando sol al lado de la pileta del presunto narco Fred Machado en Viedma, probatorio de una relación más cercana que la que Espert había tratado de presentar. “Hola Edu! No me bajo nada. Te veo el lunes en tu programa de A24”, posteó el “Profe”.
En La Libertad Avanza tiemblan de solo pensar en otra eventual entrevista de Espert, que causa estragos para sí mismo cada vez que da entrevistas. Ha dado a entender por ejemplo que la minera guatemalteca que lo contrató en 2020 era tan generosa que le pagó 200 mil dólares por un trabajo que el economista nunca hizo porque estalló la pandemia. Y no le reclamaron devolución…
“Yo en el 2020 no era ni candidato, ni diputado, ni político… trabajaba en el sector privado”, se defendió ante Pablo Rossi, siendo que unos meses antes había sido nada menos que candidato presidencial. A propósito de esa candidatura, volvió a exhibirse profusamente una nota que le hicieron en Crónica TV cuando era candidato presidencial y acababa de sufrir un atentado, camino al canal. Dos impactos en la ventanilla del conductor del auto blindado que con gran generosidad Fred Machado le había suministrado a Espert para que hiciera campaña. Las marcas en el vidrio y los comentarios de especialistas consultados sugirieron que se trataba de balazos y no piedras, pero Espert silenció el episodio: no hizo campaña con eso, como seguramente hubiera hecho cualquiera en esas circunstancias. Raro.
La Libertad Avanza tiene un problema serio para explicar las denuncias que involucran a su gente: desde el episodio $LIBRA, al caso Espert, pasando por los audios de Spagnuolo. Ninguno tuvo una explicación sólida que permitiera dar vuelta la página. Sí desmentidas rotundas del presidente. Debiera tener alguien que lo cuidara más en ese sentido.
Quien hasta hace pocas semanas se ilusionaba con ser gobernador, hoy se aferra al menos a renovar su banca, cuestión de tener fueros que muy probablemente necesite, como sugería el viernes el diputado de la CC Juan Manuel López.
El viernes por la noche, a la hora de analizar pros y contras de bajarlo, uno de los elementos que prevalecía era que las boletas ya están impresas y el rostro de Espert figuraría más allá de que renuncie. Pasó con Fernando Niembro, cuando para las elecciones de 2015 encabezaba la lista bonaerense de Cambiemos y dio un paso al costado debido al escándalo por contrataciones millonarias entre su empresa y el gobierno porteño. Como las boletas ya estaban impresas, el periodista deportivo igual figuró en las mismas, a pesar de haberse bajado.
Dicen que para esta elección había tiempo hasta este domingo para borrar a Espert, pero eso implicaría reimprimir las boletas, gasto a cargo del Estado, tratándose de la boleta única.
A todo esto los mercados volvieron a mostrarse hostiles. El salvataje norteamericano, cuyo anuncio debería haber alcanzado por sí solo, pareciera insuficiente. Contribuyeron señales confusas de nuestro mecenas Scott Bessent. En Washington tienen dudas de que el Gobierno argentino cumpla con las condiciones que le han impuesto, entre ellas las de restablecer la relación con los dadores de gobernabilidad.
Milei comenzó con Macri, a quien recibió junto a Guillermo Francos. El expresidente busca evitar ser seducido con promesas que después no se cumplen: sugirió desprenderse de Espert, y Milei lo ratificó; mejor prueba que esa… El presidente le pide apoyo en el Congreso, algo que salvo excepciones, siempre el Pro le ha dado al oficialismo. Pero más que en diciembre, Milei piensa en el 26 de octubre y pareciera advertir que la estimación de que no necesitan a Macri porque el voto Pro ya se fue con ellos no sería tan así. Decepcionado del libertario, el líder del partido amarillo toma nota de ello y se limita a dar sugerencias en privado, resistiéndose a un apoyo público, salvo comunicados lavados.
Sobre el apoyo legislativo más allá del 10 de diciembre, dependerá del 26 de octubre, el estado de la economía y la predisposición que realmente muestre el Gobierno a cambiar, como Macri le pide. Mientras tanto, las urgencias legislativas del gobierno son constantes y tiene mucho por padecer hasta el recambio legislativo.
Este miércoles, por caso, será ley un cambio en los DNU que en caso de no poder sostener el seguro veto posterior representaría un golpe mortífero para la gestión libertaria. Pero además, LLA deberá soportar durante un largo lapso de la sesión el bombardeo sobre José Luis Espert, a quien de todos modos la oposición no tratará de echar del Congreso, sino apartar de su cargo en Presupuesto y Hacienda.
Aprobarán para ello un emplazamiento y en una sesión posterior le darán el tiro final. No hay intención de echarlo porque la oposición lo prefiere donde está, como “activo” para la campaña.
Curioso padecimiento el libertario: pensaron que para el 7 de septiembre se harían un picnic denostando la gestión de Kicillof, y solo se habló de los audios y Karina 3%. Y de cara al 26, tienen la mochila del candidato principal oficialista. El peronismo, dividido como está, sabe que no necesita hacer campaña: tan es así que sus candidatos se bajan de los reportajes y debates. El eslogan de campaña oficialista es “la libertad avanza, o el país retrocede”; el de Fuerza Patria es más simple: “El silencio es salud”.